Alala (EN PAUSA)

9- Para Ellos Un Sacrificio, Para Nosotros La Muerte

—Os deseo toda la suerte del mundo—murmura con una sonrisa Noah.

Le pongo mala cara y hago un verdadero esfuerzo por no tirarle una piedra a la cabeza.

No somos muchos los que nos vamos a la dichosa exploración, me esperaba más la verdad. Pero aquellos que no vienen están observando desde la lejanía a el grupo que está temblando frente a la puerta del muro. Yo incluida.

La simple idea de pisar fuera de estos muros me aterra, aunque tampoco es que nos protegiesen mucho.

Somos aproximadamente veinte personas aquellas a las que obligan a ir a la exploración, ya que ninguno va de forma voluntaria. Justin, Abril, Piper, Newt y yo incluidos.

Frente a nosotros está el consejo, entre ellos Judith, Lucas y Noah.

Lucas con una expresión seria, imperturbable. Judith mirando nerviosa a Abril. Y la estúpida de Noah mirándonos a todos con una sonrisa reconfortadora.

Se da la vuelta, cara al público.

—Esto no es un sacrificio, esto es nuestra salvación. No los mandamos a morir, los mandamos a salvarnos. Para nuestra supervivencia se necesitan ciertos riesgos, y a ellos le han tocado cumplirlos—Nos mira con comprensión pero se le nota a leguas su regocijo— lamento que tengáis que ser vosotros, pero necesitamos suministros. Vais a corroborar que ahí fuera hay la suficiente vida animal para mantenernos con vida hasta que averigüemos como salir de aquí. Vais a comprobar que salir ahí fuera puede ser seguro siempre y cuando mantengamos las distancias con los clandestinos.

Dudo mucho que eso sea el motivo principal, pero tengo en cuenta la aprobación del público detrás de ella. Trata de ponerlos de su lado.

—Esto ha sido aprobado por una votación unánime del consejo. Solo tratamos de mantenernos con vida el tiempo suficiente para salir de aquí. El progreso sois vosotros, y sin vosotros no hay progreso.

Justin a mí lado pone los ojos en blanco y se cruza de brazos.

—Pues ya que nos obligáis a salir ahí fuera, espero que al menos nos proporcionéis armas suficientes para protegernos en el caso que lo necesitemos.

Noah le sonríe.

—Por supuesto—hace un gesto con la cabeza y dos guardias vestidos de negro se acercan y le da unas armas automáticas a ciertas personas, no a todas— Esto es lo máximo que podemos daros.

Justin aprieta la mandíbula.

—Esto no es suficiente para poder sobrevivir todos. Cuatro armas no son nada contra lo que nos espera ahí fuera.

Noah suspira y asiente.

—Lo lamento, pero después de analizarlo exhaustivamente con el consejo hemos comprobado que no sería buena idea proporcionarle armas a personas que no saben utilizarlas, sería perder oportunidades.

Justin aprieta el arma entre sus manos y los dos guardias que nos dieron las armas se ponen en posición defensiva, llevándose las manos a sus propias armas.

—Alala usó armas, darle aunque sea una maldita pistola.

Pero esta vez no habla Noah, sino Judith.

—Lo siento mucho Justin, pero hace mucho que no usa una y eso sería un favoritismo que no podemos permitirnos.

Los ojos azules de mi amigo se clavan en la pelirroja con una intensidad atenazadora. 

—Hemos tenido la generosidad de prepararos unas mochilas con un poco de agua y comida—murmura un hombre del consejo, haciendo una señal hacia unas personas que se acercan y les dan a todos una mochila a excepción de mí. También reparte un par de cuchillos improvisados con metal y madera.