Alala (EN PAUSA)

21- La bomba está a punto de explotar

Dejo caer mi culo en la silla de madera a la vez que veo a Justin y Newt aproximarse mientras mantienen una conversación.

Érica me mira extrañada.

—¿Ya le avisaste a Judith? ¿Por qué parece que acabas de correr un maratón? Estás sudada y colorada—comenta mirándome con una pequeña sonrisa. Hago un gesto con la mano restándole importancia.

En estos momentos lo único que puedo pensar es en la conversación del consejo. En sus palabras.

Peligro en potencia, peligro radical... Yo era el peligro radical según lo que entendí pero ¿Por qué? ¿Por qué en una reunión del consejo hablaban sobre mí y mis amigos? ¿Quién era Itziar? ¿Por qué hablaban sobre deshacerse de mí? ¿Qué había en aquella carpeta naranja en la que guardaron todos los papeles en los que, según comprendí, escribieron sobre mí y mis amigos?

La cabeza estaba a punto de explotarme por la saturación de información. Esto era surrealista.

Cuando creo que me resto un problema se me suman tres más.

Necesito aclarar mis ideas, enfocarlas y encajarlas hasta formar algo coherente. Tenía pensado dejar pasar las cosas y enfocarme solo y explícitamente en mí, en mis problemas pero... pueden esperar, puedo esperar.

Primero va proteger a mis amigos. No me es necesario saber que ponía en esa carpeta o saber con exactitud de que estaban hablando para entender que no es nada bueno, y que, según sus palabras, lo más probable es que no esté segura en este lugar.

No estoy segura en ningún lugar.

Suspiro mientras observo al rubio y al moreno sentarse con nosotras. Justin junto a mí y Newt junto a Érica.

—¿De qué hablaban estas chicas tan interesantes? ¿Algo sucio? ¿Algo caliente? Si es así, me interesa—la voz enronquecida de Justin le saca una sonrisa a Érica. Yo no digo nada, todavía estoy procesando lo que presencié minutos atrás.

Siento el movimiento que hace el rubio para apoyar su brazo en el respaldo de mí silla, distraídamente. Ignoro el hecho de, que a pesar de estar centrada en otras cosas, mi cuerpo se tensa un poco.

No es nada nuevo.

—No estábamos hablando de nada sucio, pervertido—le contesta Érica risueña. Su rostro se ilumina cuando mira a Newt con una amplia sonrisa— ¿Qué estabais haciendo, truhanes?

El ceño de Justin se frunce sin borrar un milímetro su sonrisa.

—¿Truhanes? ¿Qué carajo es eso? ¿Una palabra en clave de bruja? —la burla en su voz provoca que Érica se sonroje un poco y le entrecierre lo ojos.

Newt suelta una pequeña risa que hace que Érica le dé un suave golpe en el brazo.

—¿Me estás llamando bruja, capullo? —La melosa voz de Érica se dirige única y exclusivamente a Justin que le enarca una ceja sin borrar su sonrisa lánguida.

Peligro radical. Esas palabras se repiten en mí cabeza.

Lo eres.

—Palabras tuyas, no mías—Justin le sonríe maliciosamente— Además, tienes aspecto de bruja.

Érica le mira sorprendida y ofendida a partes iguales.

—¿Y eso que quiere decir? —el tono amenazador de Érica provoca que el rubio amplíe su sonrisa, jactándose de su reacción.

Con el brazo que mantiene apoyado en el respaldo de mi silla hace un gesto desinteresado.

—Nada, solo que tienes cara de hacer ritos satánicos por las noches—quita su brazo del respaldo de la silla y apoya los codos sobre la mesa de madera del comedor, se inclina sobre ella como si estuviese a punto de contar un secreto— ¿Te bañas en sangre de cabra para mantenerte joven y bella? ¿O esclavizas a enanos para que te lleven al tesoro al final del arcoíris?