Capítulo 1

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Mónica

Mi mal humor aquella mañana se hacía notar, entre el ruido del aeropuerto y haberme levantado a las 4 de la mañana para llegar a tiempo a el aeropuerto estaba súper estresada.

Pues como siempre

No empieces conciencia

El ruido del aeropuerto, aviones yendo y viniendo, gente despidiéndose, demasiadas cosas pasaban a estas horas tan tempranas que me hacían replantearme este viaje, aunque las vistas al amanecer eran alucinantes eso sí.

-¡Tíaaa mira que lindo! Le voy a hacer mil fotos- dice Melissa chillando a mi lado

-¡Baf no grites es muy temprano!- le respondo cortante

-¡Ah cierto que tus despertares son una mierda!

Todo mi mal humor y estrés se habría convertido en nervios en el momento que me subí al avión, digamos que viajar no me hacía especial emoción, por lo que el nudo en mi garganta comenzaba a cortarme la respiración.

Recordar aquello hacía que me doliera el alma, aunque ya habían pasado 10 años de ese día que cambio mi vida para siempre, mi mente nunca lo superaría y tomaría el control desbordando mis nervios en el momento de subir este medio de transporte. Desde ese suceso, le tengo pánico a los aviones, pero si quiero llegar a mi destino está es la única opción.

Al despegar agarró la mano muy fuerte y con desesperación de mi mejor amiga, Melissa. Ambas comenzamos en la misma universidad, por lo tanto, este viaje.

-¿Estas bien?-me pregunta, ella sabe mi fobia hacia los aviones

-Si, no te preocupes -le mentí- Se me pasa rápido

-¡Tía que nos vamos a New York! Quita esa cara de culo que este es nuestro momento

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Ya llevamos como media hora de vuelo y no he podido pegar ojo a pesar de tener mucho sueño. Miro a la chica que va a mí lado que se durmió cuando llevábamos 15 minutos a bordo.

Digamos que dios tiene a sus favoritas por lo que no dudo que mi mejor amiga fuera una de ella porque joder es muy guapa, de estatura mediana, pelo rubio teñido y corto a la altura de los hombros y un cuerpo de escándalo llamador de miradas. Por no hablar de sus ojos azules con motas verdes abarcando totalmente la atención hacia su iris.

La conozco desde siempre, pues nuestros padres son mejores amigos desde la universidad y nosotras con el tiempo nos hemos convertido no solo mejores amigas si no también como hermanas, pues digamos que nuestra relación era de hermanas total solo faltaba vivir en la misma cuatro paredes y a partí de ahora sería así. Siempre hemos estado la una para la otra como cuando murió mi madre, ella estuvo allí conmigo para apoyarme y darme su hombro para llorar.

En mi opinión personal durmiendo como está ahora no es tan bonita

Un poco de razón te doy conciencia.

Ella estaba durmiendo con la cabeza echada hacia adelante casi llegando a sus muslos y su boca estaba abierta ligeramente.

Ambas nos dirigimos a la universidad de Columbia en New York, la prestigiosa universidad de la Ivy League nos llamó la atención desde que éramos unas crías que soñaban con ser mayores soñamos con ir allí ya que es una de las mejores del país y del mundo siendo además la universidad más antigua de New York, pero además la quinta en antigüedad de Estados Unidos. Además, allí estudia también nuestro mejor amigo Marcos, él nos alquilará dos habitaciones en su piso donde vive con un chico y una chica; no los conozco, pero a partir de ahora tendría que vivir con ellos así que espero que nos llevemos bien.

Con tu humor de seguro les caes fenomenal

Claro que le voy a caer bien

Lo había dicho con sarcasmo

Tu cállate

Al principio mi padre no quería que viviera en un piso donde viviera con dos chicos, pero después de una larga charla de convencimiento, cedió a qué me quedara allí. También porque conoce a Marcos y se fía plenamente como su fuese hijo sueño.

Después de dos largas horas llegamos a nuestro destino. Melissa se despertó cuando faltaban diez minutos para aterrizar y no hablamos en los que tocamos tierra firme, pero sabia que por esa cabecita esta pasando todos los planes que tenia en mente. Al bajar del avión uno de sus tacones quedo clavado en una de las escaleras, cosa que hizo que mi mejor radicalmente se encontrara de mejor ánimo.

-¿De qué te ríes?- me dice con cara de hastió después de lograr sacar el tacón que combinaba a la perfección con su falda plisada blanca y su blusa rosa con moños.

-Comodidad antes de glamour Melissa, comodidad antes de glamour- digo riéndome

-Lo dice la de las zapatillas Nike básicas

-Por lo menos yo no paso pena- digo guiñándole un ojo y cogiendo mis maletas para salir al exterior del aeropuerto.

En frente de la puerta principal del aeropuerto nos esperaba recostado a su coche, fumando un cigarrillo, la mejor persona del mundo, Marcos.

Le di un repaso rápido seguía igual que siempre. Alto por lo menos medía 1.90 metros de estatura; pelo negro azabache despeinado un poco más largo que la última vez que lo vi. Una de sus manos dentro del bolsillo de la sudadera, actitud fría y distante. Él era un chico muy bien definido físicamente ya que se pasaba muchas horas en gimnasio.

Vamos que no está nada mal el chaval

¡CONCIENCIA!

Como si sintiera nuestra mirada alzó su cabeza y sus hermosos ojos azules se encontraron con mis ojos cafés y mientras yo ya sonreía con fuerza una sonrisa se formó en su enmarcada casa. Enseguida corrí hasta donde estaba, salté sobre él dándole un fuerte abrazo lo extrañaba tanto, definitivamente necesitaba esto. Nos separamos casi al instante para que saludara a Melissa y además no es que yo ame el contacto físico en realidad.

-¿Cómo están las más piojosa de Chicago?- su actitud fría se acaba de desmontar

-Vete a la mierda-le dice Melissa amigablemente sacándole el dedo del medio

-Te iba a decir que te extrañaba, pero me han faltado dos minutos para cambiar de opinión- comento yo entonces poniendo los brazos en jarra

-Ven acá- me dice dándome otro breve abrazo

-Marcos-dije - Gracias por dejarnos quedar en tu piso

-Ya me lo has dicho unas mil veces Mont por favor a parte saben que haría cualquier cosa por ustedes

-Enserio gracias-dijo Melissa

- Suban al coche yo me encargo de las maletas -nos dijo Marcos

Al subir al coche Melissa se sentó en la parte trasera y yo en el asiento de copiloto y estas posiciones en el coche no eran tema de discusión. Marcos se monta rápidamente en el coche y pone a rugir el motor.

-Quiero todas las novedades- dice incitándonos a hablar

-Yo soy la torpe, pero adivina a quién se le trabo su tacón Louis Vuitton en la escalera del avión

-A la única pequeñaja que se pone los zapatos con la más altura posible- dice riéndose abiertamente y mirándola a través del espejo retrovisor.

-Déjenme en paz- dice refunfuñando- ¡Sois unos idiotas!

-Sigue tomándoselo todo muy personal ¿Cierto? - me dice Marcos más bajito.

-Siempre, Marcos, siempre

-¡Esto les va a costar muy caro!- dice muy digna en su asiento-¿Lista para la aventura?-me pregunta Melissa muy animada

-Yo nací lista, querida

Alma DesorientadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora