5

162 15 3
                                    

    Ya había pasado dos semanas desde la llegada de los nuevos cadetes y como ya debían avanzar más, aprenderían a como equiparse para usar correctamente el equipo de maniobras. Claro, primero debían armarlo y ya en otra clase les enseñarían poco a poco a cómo usarlo.

— No es tan complicado. Deja de llorar —dice Nile mientras se reía de Erwin, quien estaba preocupado por no saber cómo poner el pequeño cilindro de gas.

— Es que no entiendo cómo va —dice Erwin, soltando un suspiro lleno de frustración.

   ______ termina de equiparse, bajo la mirada atónita de sus dos acompañantes.

— ¿Cómo? —pregunta el rubio señalando su equipo perfectamente armado.

— ¿Te explico?.

— Si por favor.

   Y entonces ____ empieza a explicarle, paso a paso, sobre como armarlo y Erwin entendió en pocos minutos algo que ni sus instructores habían logrado hacerle entender.

— Ahora, solo debes pasarlo por tu cadera y nada más —ella pone sus brazos alrededor de la cadera del rubio para poder prender su cinturón, a lo que el, por la cercanía, se pone nervioso.

— ¿Y esto lo abrocho aquí? —pregunta él, señalando el arnés.

— Si, justo debajo del pecho.

— ¿Ves que no es difícil? —dice Nile cruzándose de brazos.

— No sé cómo pretendo quedar entre los diez primeros si no sé armar un equipo —Erwin rasca su nuca apenado.

— Apenas llevamos dos semanas como cadetes, casi nada. No seas tan duro contigo mismo, con el tiempo obviamente vamos a mejorar —dice ____ dándole una sonrisa tranquilizadora.

— ¿Tu crees?.

— Pues claro. ¡Ya sé! Cómo los tres somos mejores amigos... ¿les parece si juntos quedamos entre los diez mejores?.

   La muchacha abraza a ambos por los hombros. Erwin, al sentir su brazo rodearlo, se sonroja notablemente, sintiendo un poco de felicidad por la muestra de afecto. Por otro lado, Nile no podía creer que ella considerara a Erwin como el mejor amigo de ambos. Si, no se llevaban mal, pero era clara la competencia entre ellos.

— Trato hecho —dice Nile sonriendo con superioridad, pues a el le estaba yendo muy bien respecto a sus prácticas.

— Me parece buena idea —dice Erwin sonriendo, ahora un poco más seguro de sí mismo.

— Muy bien, así se habla tontos —dice ella entusiasmada mientras dejaba de abrazarlos.

   Por fin estaban libres ya, Erwin lo intentó solo un par de veces y una vez que lo hizo sin ayuda, pudo irse tranquilo del pequeño taller. En una de las esquinas del lugar, está _____, sosteniendo su libreta de anotaciones.

— ¿Me esperaste? —pregunta Erwin enternecido.

— S-Si, es que ya casi es hora de la cena y no quiero entrar sola al comedor —se excusa _____, dando media sonrisa nerviosa.

— ¿Nile no esperó?.

— Creo que fue a dejar unas cosas en su baúl —responde— ¿Vamos?.

— Vamos. Muero por un poco de comida pero espero que esta vez sea algo bueno.

— No como ese estofado sabor a cartón —ambos ríen— Pero hey, no estaba tan mal como el puré que tenía papas casi enteras y duras.

   Ambos salían del taller cuando escuchan un par de risas algo conocidas fuera del taller. Más alla, junto a las cercas de madera, se encuentra Nile con una muchacha bastante linda, ambos charlando animadamente y ella con su mano en el pecho del pelinegro, mientras que éste sonreía tímido y nervioso, también notablemente sonrojado.

Two Ways To Choose (Nile Dok, Erwin Smith)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora