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– Es un patán, ____, no le hagas caso.

Erwin había estado afuera por al menos media hora mientras intentaba consolar a _____ de un llanto lleno de celos y rabia. Ella sentía rabia de ver y escuchar como su prometido no la respetaba en lo más mínimo, le daba rabia que años junto a ella podían ser irrespetados por unos minutos de diversión y alardeo.

– ¿Cómo puedo no hacerle caso a esto? ¡Si es mi prometido! ¡MI prometido desde hace tres años! ¿¡Cómo puede ser tan...?! Tan...

– Tan estúpido –completa la frase Erwin– No trato de decirte que estás exagerando, solo que... puedes mostrar que no te importa y disfrutar la noche. El no lo vale.

– Erwin... –lo llama mientras se secaba las lagrimas y se limpiaba la nariz.

– ¿Si?.

Era la primera vez que la veía tan vulnerable, es ahí donde se da cuenta que Nile realmente le importaba.

– ¿Tu...? –ella solloza– ¿Tu crees que soy más linda que ella? ¿Si tu fueras mi prometido también hubieras hecho lo mismo?.

– No, eso no solo no va conmigo, sino que yo aprecio la mujer que eres ahora. Hermosa e inteligente –dice el rubio, quien pronto se arrepiente de haberse sincerado de tal forma– Digo, si es que fueras mi prometida.

– Eres tan dulce –susurra ____ con una pequeña sonrisa.

– No soy dulce, soy sincero –el la mira a los ojos mientras secaba una de las lágrimas que caían por sus rosadas mejillas– Oye... mírame –ella por fin levanta su cabeza– Eres, literalmente, la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida. Tienes algo... algo que vuelve loco a todos. He escuchado a muchos compañeros nuestros decir cosas sobre ti.

– ¿Que cosas dicen?.

– Bueno, no son cosas lindas, pero tienen que ver con que les pareces hermosa y sexy.

¿¡Sexy?!.

– Ay, perdón, no se si debí decir eso –el rie– Pero solo te digo lo que todos creen.

_____ lo mira a los ojos unos segundos antes de abrazarlo con todas sus fuerzas, dejando atrás cualquier llanto e inseguridad.

– Creo que estaré bien, pero no quiero quedarme –suspira– No quiero seguir siendo la burla de Nile y sus amigos.

– La casa de mis tíos queda por aquí cerca, ¿Quieres ir? No quisiera que nos quedemos aquí a morir de frío –ríe.

– ¿Se puede? No quisiera molestar –dice ella mientras se levantaba y sacudía la nieve que había quedado en su abrigo.

– No molestas, te van a recibir con gusto –Erwin rie y se pone rojo al pensar en algo– Van a imaginarse un cuento de hadas, porque jamás llevé a una chica a casa. Es más, ni novia he tenido –camina.

– ¿Nunca? Wow... Bueno yo tampoco hubiera tenido novio de no ser por este arreglo –dice ___ y rie caminando con el rubio.

– Eso dices tu. Pero quizá ya hubieras tenido como... tres novios.

– ¡Oye! No, yo quisiera estar con uno y casarnos –ella sonríe.

Erwin la mira y sonríe, ya que esa había sido su fantasía desde siempre. Ser el el primer novio de _____ y ser el quien iba a casarse en lugar de Nile. Sabía que el nunca hubiera sido capaz de hacerle tales cosas tan deshonestas en una relación.

Caminan juntos, par a par, pasando varias cuadras para finalmente llegar al que era el hogar momentáneo de Erwin. La casa no era muy grande, pero se veía hermosa por fuera, con un pequeño jardín bien cuidado que se notaba por su césped verde y las flores que colgaban por las ventanas.

Two Ways To Choose (Nile Dok, Erwin Smith)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora