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El segundo año finalmente terminaba para los jóvenes, por lo que entrarían en un corto receso de tres semanas para iniciar su tercer año formalmente.

Los Dok se reunieron en casa de los North para poder recibir como era debido a su hijo Nile y como un pequeño incetivo para continuar en el ejército.

Los empleados de la casa empezaron su labor desde muy temprano: de la cocina ya podía percibirse un delicioso aroma a comida así como los muebles y vajilla brillaban de lo limpios que estaban.

– Ya llegó –anuncia _____ mirando por la ventana a su prometido bajar del carruaje.

– ¿Ya encendiste las velas? Apúrate – dice la señora Dok.

– Esto no funciona bien –su esposo intenta encender la vela del pequeño pastel con un fósforo.

Y la puerta se abre, dejando entrar a Nile con dos pesadas maletas en mano.

– Llegué –Nile sonríe divertido al ver a sus padres batallando con una vela mientras que los North miraban ansiosos– ¿Necesitan ayuda?.

– Hijo, ahmm... Se suponía que era para que pidieras un deseo –dice su padre finalmente encendiendo la vela.

– Es un detalle bonito pero no es mi cumpleaños.

Se acerca al pastel que era sostenido por uno de sus progenitores y cierra sus ojos por unos segundos antes de finalmente soplar y apagar el fuego de la vela.

– No hace falta que sea tu cumpleaños para pedir deseos –los excusa ____.

– Buen punto –Nile borra un poco su sonrisa al notar la apariencia de ____, en una manera rara de expresar su sorpresa. Sin duda, la joven había madurado en los dos meses que pasó sin verla.

– ¿Por qué pones esa cara? Parece que viste un espanto –juega ella y pronto los adultos empiezan a ordenar y poner en acción la cena en el comedor, dejándolos solos.

– No, es que... luces distinta, es todo – Nile deja su maleta en el piso, nervioso– Te ves bien de echo.

– Gracias... Tu también tienes algo diferente –ríe y camina hacia el comedor– Estás más alto creo.

– ¿Ah si? Bueno, no me quedé atrás, también me di el estirón –bromea.

– Habrán sido unos centímetros apenas.

– ¡Oye!.

– Niños, ya vengan. La mesa está servida –la señora North grita desde el salón.

Una vez que todos se encuentran reunidos en el salón, alrededor de la larga y elegante mesa, los empleados comienzan a servir los platillos y bebidas mientras que el ruido y hablar de los presentes inundaba todo el lugar, provocando un ambiente muy cálido.

– ¿Y que nos cuentas, muchacho? ¿Cómo va todo? –pide saber Ivar.

– Hace mucho no te recibimos en nuestra casa.

Primer mirada cómplice entre Nile y ____.

– Lamento eso. Lo que pasa es que no me he dado abasto. El ejército, el estudio y el entrenamiento no me dan tiempo para visitarlos con la misma frecuencia de antes –responde Nile, fingiendo tranquilidad.

– Oh, entonces te estás esforzando.

– Así es, no aceptaré menos. No le falta mucho para la mayoría de edad. Tiene que ser todo un hombre hasta entonces ¿verdad hijo? –anima el señor Dok.

– Claro, papá.

– Y ____ también se esfuerza –la señora Dok alega– Estuvo aprendiendo mucho con su institutriz.

Two Ways To Choose (Nile Dok, Erwin Smith)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora