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  Una semana pasa. En esos días, muchas cosas habían cambiado, por ejemplo, el clima había regresado a sus bajas temperaturas por lo que venía acompañado de lluvias y fuertes brisas heladas. Era un típico clima que anunciaba la llegada del otoño.

Nile llegaba a casa de los North como era costumbre, en compañía de sus padres, quienes, luego de intercambiar una amena charla con el joven, lo dejan libre para que pudiera ir a buscar a su prometida.

Con respecto a la muchacha, no había hecho mucho esa semana. Se dedicó a pintar cuadro por cuadro, obras que se inspiró a hacer mirando desde la ventana de su cuarto, por lo que todas las pinturas se trataban de escenarios grises y tristes.

– ¿____? ¿Puedo pasar? –pregunta Nile desde el otro lado de la puerta.

Al oír su voz, _____ da un salto de su cama casi cayéndose y corre al espejo para arreglarse su desordenado cabello.

– ¡Si, si! Pasa –responde una vez que intentó disimular las arrugas de su pijama.

– Está bien, gracias –Nile abre lentamente la puerta y entra– ¿Que haces aún en pijama? –ríe y cierra tras el.

– Es que no he salido de aquí todavía, así que ¿para que arreglarme? –ella mira nerviosa a Nile– ¿Qué haces? Hace mucho que no venias por aquí.

– Me aburrí allá abajo con los adultos.

– Mary se enojará si se entera que estás conmigo –ríe burlona antes de comenzar a ordenar sus pinturas en el suelo.

– Eres mi prometida después de todo.

– Vaya, si, cierto, que raro que eso no se te pasó por la mente cuando... –ella mira a Nile y suspira– Perdón, no lo diré.

– Esta bien, lo merezco.

Nile mira los cuadros esparcidos por todo el suelo cercano al balcón y sonrie levemente.

– ¿De donde sacaste ese don para pintar? Antes nunca pintabas y ahora lo haces de maravilla.

– Cuando se está aburrida descubres muchos hobbies en los que eres buena.

Ambos se quedan en completo silencio, sin saber que decir, o más bien no había nada de lo que hablar. Optan por evitar mirarse a toda costa.

Pronto, el momento se torna a uno donde comienza a reflexionar, pensar en todo lo que habían vivido uno con el otro hace meses, hace años y como por malas decisiones y malas acciones se había perdido todo ello. Nile, por un lado, vivía siempre con ese pensamiento obsesivo culpandose por haber dejado de amarla.

Por otro lado, _____ tampoco lo amaba. Cuando Nile mudó de personalidad tan repentinamente fue el momento en el que ella dejó de sentir algo por su persona, porque lo desconocía por completo.

– Esto es incómodo –dice _____ sentándose en su cama.

– Lo es –Nile ríe un poco e imita su acción– No te preocupes, pronto no tendrás que aguantar estos momentos incómodos.

– ¿De que hablas?.

– Yo... te concederé el honor de poder separarte de mi, de romper el compromiso y... no volver a cruzarnos más.

– Eso es... Wow, no se como tomarlo, supongo que es algo bueno para los dos ¿pero como lo harás? –le pregunta ____, intrigada.

– No tengo idea. Sé que mis padres aceptarán si es que yo se los pido, pero no se como se lo tomen los tuyos – carraspea.

– Nada bien, tenlo por seguro.

– Descuida, llegarán a un acuerdo cuando sea el momento.

– ¿Que raro, no? –mira a Nile– Antes nos habíamos resignado a casarnos y ya, pero ahora hay una posibilidad de que ya no tenga que pasar.

Two Ways To Choose (Nile Dok, Erwin Smith)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora