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– ¿Y supiste algo de Nile en estos días, corazón? No lo he visto por aquí en casi un mes –habla su madre, rompiendo el sepulcral silencio que abundaba en el comedor.

– Sé que debe estar ocupadisimo – responde ____ y juega con el tenedor en su plato de comida– Si, la agenda llena tooodo el fin de semana.

Es ahí donde los señores North intercambian miradas furtivas, como si ellos mismos se entendieran con la mirada.

– ¿Hay algo que no nos hayas contado? –Ivar se aclara la garganta.

– ¿Cómo qué?.

– No lo sé, alguna discusión que hayan tenido o algo así. Sabes que puedes hablarle de todo a tu madre, puedes tenerle confianza y a mi también –dice el, a lo que su hija suelta una fuerte carcajada.

– ¿¡Qué?! –se ríe descontroladamente haciendo voltear sus cubiertos de sus manos– ¿¡Confiar en ustedes?! ¿Que más da si tengo problemas? Con un par de monedas los Dok los controlan a diestra y siniestra –carcajea, a lo que Ivar se levanta enfurecido de su lugar.

– ¡____! –grita la señora de la casa, sorprendida por el accionar de su esposo y las palabras de su hija.

– ¿¡Quién te haz creído que eres para cometer tales faltas de respecto contra tus padres?! –grita Ivar.

– YO, no me he creído nada –dice ella levantandose– Lo que soy, y es la realidad, una pobre niña que fue obligada a comprometerse y ahora vivirá como la esclava de un IDIOTA.

Una vez escupidas esas palabras, sube las escaleras dando fuertes pisadas, de modo que su enojo quedaba más que a relucir. Sus padres quedan confundidos, mirándose uno al otro, sin ser capaces de entender que era lo que sucedía y porque su hija les hablaba así. Claro que entendían que su adolescencia se le había sido arrebatada pero años antes se veía más que sumisa a esa idea.

[...]

Mientras tanto en la casa de los Dok, los señores se encargaban de preparar los últimos arreglos para la fiesta que se daría al día siguiente por el cumpleaños de la señora Dok. Muchas personas estaban invitadas, contarían con un sinfín de servicios lujosos para poder festejar una hermosa noche.

– ¿Los North vendrán? –pregunta Nile mirando por la ventana.

– Si, ellos están encargados de las mesas de postres. Fueron muy amables por arreglar todo con la pastelería – responde la señora desde la sala, mientras se arreglaba las uñas– No haz visitado a _____.

– No, no... no hace falta, ya la veré mañana en la fiesta.

– Eso es raro de ti, siempre estabas con ella antes.

Cuando Nile sabe de eso, se dedica a esperar y esperar, con la esperanza de que su prometida también se presentaría allí con sus padres. Durante toda la noche no pudo dejar de pensar en la escena que se había armado un día antes. Se sentía muy mortificado y confundido, odiaba haberle hecho daño pero no sabía sus razones para haber tenido esa clase de aventuras.

Una hora transcurre desde esa corta charla con su madre. Un carruaje se detiene frente a las puertas de su hogar y de el bajan los North, y para su sorpresa, ____ si venía con ellas. No tenia ni una pizca de felicidad resaltando en su rostro o expresiones.

– Buenas tardes, buenas tardes –se saludan los adultos con los adultos y los jóvenes con los adultos.

– Buenas tardes –saluda Nile mirando a la joven cuando los adultos se alejan para charlar sobre los preparativos.

– Hola –dice ella– Con permiso –le sonríe con sarcasmo y camina en dirección a la sala.

– ¿Podemos hablar? Por favor –camina detrás de ella.

Two Ways To Choose (Nile Dok, Erwin Smith)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora