Capítulo VIII

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Joel

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Joel

Solía pensar que la vida era una mierda entera, aún lo pienso, pero creo a veces no todo es para querer morirse.

Habían pasado dos días desde que Thomas había venido a mi casa, y a pesar de todo, realmente no estuvo mal, salvo porque se me olvidó que estaba enojado con él y ahora no le puedo reclamar nada por fui yo quien lo abrazo para que no tenga miedo cuando estábamos viendo la película esa tarde.

«Joder Joel, sos un genio no mames, te mereces un premio al mejor pendejo».

En todo caso, hoy es viernes y Thomas faltó al colegio, lo cual se me hace un poco extraño, pero no le tomé demasiada importancia, total casi nunca asiste a las clases y hoy por fin tendría un día libre de él.

No fue un bien día.

El día en el colegio fue muy aburrido, o sea, más de lo que ya lo es porque sentía que me faltaba algo. «O alguien que me moleste».

No no, solo fue un día peor que otros, sí, eso debe ser.

Me convencí a mí mismo mientras salía del salón para irme a mi casa, Antony y Claudia se dirigieron a la cafetería porque querían comprar algo de comer.

Les dije que me adelantaba, que quería llegar pronto a la academia de baile. Ellos no mostraron objeción alguna y se perdieron en el pasillo rumbo a la cafetería.

Bien es hora de irnos.

Pensé para mí al tiempo que empezaba a caminar para irme lo más pronto posible. Di exactamente diez pasos por el pasillo cuando Charlotte se interpuso en mi camino y me obligó a detenerme.

«¿Ahora que quiere está loca?»

—Hola Joel —empezó diciendo con una sonrisa leve en su rostro mientras no despegaba su vista de mí.

—Ay hola —dije de manera sarcástica al tiempo que intentaba quitármela de en medio y continuar con lo mío.

—No me hables en ese tono Sebastián —contraatacó con ironía diciendo mi segundo nombre. «Perfecto, justo donde menos me gusta».

— ¿Qué quieres? Tengo prisa vieja amargada —le respondí evitando chocar mirada con ella.

—Hablar de tu reto con Thomas —hizo una pausa y continuo — ¿Va todo bien? —inquirió mientras cruzaba sus brazos esperando respuesta de mi parte.

—Sí, todo súper —contesté sin pensarlo formando una idiota sonrisa en mi rostro. «Mala idea Joel, mala idea».

—Oh, pensé que la estabas pasado mal, ya sabes, con lo de que no te cae muy bien y eso... —masculló rascándose su nuca y sin darme tiempo a contestarle dijo —En todo caso, hoy es su último día de reto como pareja, ya pueden dejar de fingir.

El reto que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora