Capítulo XVII

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Adentrándose en lo desconocido.

Joel

Han pasado dos semanas desde aquel intento de besar a Thomas en el hospital. No hay momento en que no me arrepienta de haberlo hecho. Lo he visitado todos los días y dios, la tensión que hay entre nosotros ha aumentado de gran manera. Por ejemplo, casi no lo he podido mirar a los ojos porque enseguida encuentra la manera de ponerme nervioso y que me pierda en el azabache de sus ojos y... odio que siempre lo logré.

Nunca entenderé estos malditos sentimientos humanos.

En fin, hoy le darán de alta a Thomas en el hospital, por lo que me pidió que lo acompañase de camino a su casa. Cabe rescatar que sus padres lo llevarán, pero, de tanto estar en el hospital con él ya me conocen lo suficiente para permitir que fuese con ellos. Creen que soy un buen amigo de su querido hijo.

Puede que eso llegue a cambiar.

Tampoco llegaré a entender en que momento me volví un tonto enamoradizo. Tal vez las pequeñas cosas nos dirijan a grandes acontecimientos después de todo.

¿Me lo acabo de inventar? Sí, pero salió poético y todo.

Faltando media hora para su salida ya lo estaba esperando en la recepción con Carolina, la chica con la que lo celé cuando apenas ocurrió el accidente. Admito que fui un idiota esa vez, realmente la chica es muy agradable en estos días que he tratado con ella.

—Definitivamente estás enamorado de él, ¿verdad? —dijo de la nada Carolina.

Me tomó por sorpresa, pensé que había disimulado muy bien cuanto ella estaba con nosotros en la habitación de Thomas.

— ¿Qué te hace creer eso? —pregunté intentado desviar el tema de conversación.

—No sé, eres el único chico que no es de la familia que lo ha venido a visitar todos los días desde que está en este lugar, ¿no te parece eso curioso?

—Puedo ser su mejor amigo, ¿no crees? Aparte...

—Pero no me estás negando lo que te pregunto, ¿no crees? —interrumpió mis excusas de la manera más directa posible.

— ¿Qué ganas sabiendo que me gusta mucho? —admití con cierto fastidio. Diablos, al parecer soy de lo más evidente que puede existir en este mundo.

—Nada, solamente quiero asegurarme de que Thomas estará en buenas manos cuando yo me vaya. Eso hacen los mejores amigos.

—Está bien, está bien, prometo cuidarlo y amarlo en la medida de lo posible, ¿aceptas eso?

—Acepto gustosa, ahora díselo al que está saliendo. —mencionó risueña mientras veía salir a Thomas de su habitación con la ayuda de una enfermera.

—Eso no lo vas a ver hoy —le dije desafiante al tiempo que intentaba desviar la mirada del idiota de ojos cafés.

— ¿Me extrañaron? —dijo Thomas quien era acercado por la enfermera en la silla de ruedas.

—Joel dijo que te amaba —añadió repentinamente Carolina, la cual rápidamente se trasladó detrás de la enfermera para evitar cualquier repentino contacto de mi persona.

—Retira lo dicho ahora mismo —mencioné amenazante mientras intentaba alcanzar a la chica que había traicionado mi confianza. Espera, ¿desde cuándo tenemos esa confianza?

—De todas maneras, él ya lo sabía— musitó entre risas mi contraria.

—Chicos, ¿me dejan continuar con mi paciente por favor? —dijo la enfermera extrañada por nuestro comportamiento en el hospital. De hecho, esto ya no es normal.

El reto que nos unióDonde viven las historias. Descúbrelo ahora