Capítulo 3, La propuesta

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Los ojos de Jimin se abrieron de par en par y dejó el celular sobre la mesada para llevar una mano a su pecho

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Los ojos de Jimin se abrieron de par en par y dejó el celular sobre la mesada para llevar una mano a su pecho. Su respiración se había acelerado rápidamente y una enorme sonrisa inconsciente se dibujó en su cara.

-¡Tae! -corrió hacia el lavadero donde Taehyung metía las sábanas al lavarropas y se abalanzó sobre él para abrazarlo.

-¿Qué pasa?

-¡Me llegó un e-mail, dice que Yoongi si irá al hotel y que reconsidere mi oferta!

-¡¿Qué?! Eso es... -lo separó tomándolo por los hombros para mirarlo a los ojos-. ¿Entiendes lo que significa, Jimin? ¡Volverás a verlo!

-Sí, pero... pero... ¿bajo qué terminos? ¿Y si él tan solo me saluda como una persona más? ¿Y si ni siquiera me saluda? -de repente todos sus miedos se apoderaron de él.

-Jimin... -Taehyung acarició su mejilla con cariño-. Llevas esa piedra que él te regaló colgando del cuello desde hace dos años... Apuesto a que él ha pensado en ti tanto como tú en él.

Jimin tomó aire y lo exhaló lentamente asintiendo con la cabeza. Llevó la mano a la piedra agujereada colgando de su cuello y cerró los ojos un instante.

Estaba decidido. Iría y enfrentaría cualquier cosa que pasara allí, por más buena o mala que fuera.

Un momento después envió el e-mail en respuesta diciendo que por favor reserven su vuelo y su estadía. Pero en él incluyó una petición: no iría sin su mejor amigo. Y Taehyung estuvo de acuerdo con eso, nada quería más que acompañar a Jimin en un momento tan importante como ese. Y como tan solo sería una semana, él regresaría a tiempo para comenzar la universidad.

Un e-mail en respuesta llegó una hora más tarde con dos boletos digitales de avión de Busan a Seoul, y de Nueva York a Portland con fecha para una semana después, y junto con eso la reserva del hotel y el itinerario de cosas para hacer una vez Jimin estuviera allí -el cual no quiso abrir porque presintio que sumaría aun más pánico al que ya tenía-.

Entonces, durante los días siguientes ambos se prepararon para el viaje que duraría una semana.

Jimin dudó, se arrepintió, lloró y rió infinitas veces mientras armaba su valija. El avión con rumbo a su pasado despegaba al día siguiente, y todo era tan confuso, tan inquietante, que aunque quisiera pensar en otra cosa su mente solo recreaba escenas imaginarias en las cuales se reencontraba con Yoongi. En algunas lloraban, en otras se ignoraban, y en muy pocas se besaban.

Aunque estaba al tanto de que lo mejor para su salud mental sería pensar en otra cosa y no tener expectativas demasiado altas en aquel reencuentro.

La mañana del viaje, ambos chicos abordaron el avión dejando atrás a sus familias, quienes fueron a despedirlos.

Los padres de Jimin no estuvieron muy de acuerdo con la idea de que regresara solo allí donde lo habían perdido y donde habían sentido morir. Pero entendieron la necesidad de su hijo aquella tarde, seis días atrás, cuando se sentaron todos en el living para una charla familiar y Jimin les explicó lo importante que era para él hacerlo, y les juró que no volvería a dejar el hotel de nuevo, por lo que perderse ya no era una opción.

Entonces no les quedó más opción que dejarlo ir. Además de que por su edad ya no requería de una autorización, estaba en su derecho de volver al lugar donde el acontecimiento que más marcó su vida tuvo lugar; y quizás de esa forma cerraría algunas heridas que ellos sabían muy bien que aún estaban abiertas.

El avión despegó esa tarde, y a pesar del dolor de estómago de Jimin durante la mayor parte del viaje, logró pisar tierra en Seoul y luego en Nueva York sano y salvo, y sin necesidad de tomar los somníferos que su padre le había dado a escondidas de su madre.

A medida que los kilómetros de distancia con Portland de acortaban, el nudo que le apretujaba el estómago se hacía más grande.

-¿Deberíamos recorrer el aeropuerto? -Preguntó Taehyung mientras el avión apenas había tocado el piso en Nueva York y aún se tambaleaba un poco para ambos lados.

-No lo creo Tae, mejor quedémonos en el avión.

-¡Vamos, no seas aguafiestas! Es mi primera vez en América.

El avión se detuvo lentamente en el aeropuerto y de a poco todos comenzaron a desabrochar sus cinturones de seguridad luego del mensaje en los altavoces.

-¿En qué avión vendrá Yoongi? -preguntó Taehyung con curiosidad mirando hacía los demás asientos. Jimin lo fulminó con la mirada; su amigo no dejaba de hacer preguntas estúpidas.

Aún se sentía algo mareado y se aferraba al asiento clavando los dedos en los apoyabrazos. Había decidido no tomar las pastillas para dormir que le dió su padre porque le había advertido que eran somníferos muy fuertes y que probablemente dormiría profundo una vez los tomara. Y él quería estar con sus cinco sentidos bien despiertos al llegar.

-No sé en que avión vendrá, pero por favor no vuelvas a decir su nombre -tiró su cabello negro hacia atrás y cerró los ojos un instante.

Taehyung rió y le golpeó suavemente el brazo.

-Bueno, es claro que en éste no está.

-Me di cuenta.

-¿De verdad pasaremos dos horas aquí dentro hasta que volvamos a despegar?

-Sí. Tal cuál así como lo dijiste. No pienso levantar las nalgas del asiento.

-Bien. Entonces iré solo -Taehyung se quitó el bolso que llevaba cruzado y lo dejó sobre su asiento.

-No lo harías... -lo miró de reojo achicando los ojos.

-Sí lo haría -levantó las cejas y sonrió desafiante-. Vuelvo en una hora. ¿Quieres algo de la tienda de regalos?

-Traeme a mi mejor amigo sano y salvo -dijo sarcásticamente-. De verdad, no te tardes porque los aviones no esperan.

-Lo sé, estaré aquí en una hora, te quiero.

-También yo, suerte -observó como Taehyung salía muy confiado del avión y su estómago se revolvió aún más de lo que ya estaba. Esperaba que el idiota llegara a tiempo.

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Maratón 3/3

¡Omg! ¿qué creen que va a pasar? 👀

NUEVAMENTE © (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora