Capítulo 5, Tiempo al tiempo

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Canción recomendada: Never Let Me Go - Florence + The Machine

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Canción recomendada: Never Let Me Go - Florence + The Machine.

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-Lo siento, lo último que supe es que su vuelo estaba retrasado. Pero seguro llegará pronto -contestó Susan siendo inmediatamente traducida por la chica. Sonrió tranquila y abrió la puerta de la habitación para dejarlos pasar.

-Está bien, gracias -Jimin miró todo con detenimiento: al igual que en la recepción, todo en aquella habitación era idéntico a la que había ocupado en aquél entonces.

Cuando Susan se fue para dejarlos acomodarse, Jimin se tiró de espaldas a la cama, y junto a él se tiró Taehyung rebotando en el colchón.

-Con tranquilidad, Jimin —dijo y volteó a mirarlo—. Sé que todo esto debe ser muy duro para ti... me lo imagino. Me has contado cada detalle de lo que sucedió aquella vez, y ahora que estoy aquí entiendo mejor todo -pronunció en un tono comprensivo; seguramente porque los nervios de su amigo se notaban a kilometros-. Estaré aquí para ti si quieres llorar o golpear a alguien, pase lo que pase luego, cuando él llegue.

Jimin asintió en silencio. Su cabeza y su corazón eran tal alboroto que nisiquiera pudo pronunciar palabra.

-¿Por qué nos dieron una sola cama doble? -preguntó Taehyung con el ceño fruncido levantándo la espalda con los codos-. Igual no me quejo, nunca había estado en un hotel tan lindo. Como sea, deberíamos ducharnos, acomodar la ropa y bajar a recorrer el jardín, ¿qué dices?

-Prometí a mis padres que no saldría del hotel... -acomodó sus lentes de marco negro sobre su nariz. Aún se le hacía muy incómodo llevarlos puestos y más aún porque los mismo le daban un aire de intelectualidad que él estaba seguro que no tenía.

-¡Ay! ¡Vamos, Jimin! ¡No te volverás a perder por recorrer el patio! -se levantó de la cama y revolvió su valija en busca de ropa.

Luego de que Taehyung se metiera a la ducha, Jimin se levantó y acomodó pensativo la ropa de ambos en los armarios. Mientras doblaba cada prenda sentía cómo los minutos para el encuentro se acortaban, y no había forma de que ese dolor de estómago desapareciera, no hasta que lo viera y corroborara muchas cosas.

-¡I'm ready, baby! -Taehyung salió de repente del baño vestido y listo para salir. Así que Jimin se duchó rápido y bajaron las escaleras hacia a la recepción.

Allí Taehyung se entretuvo hablando con la traductora coreana, la cual al parecer se llamaba Sara, y quién iba traduciendo toda la explicación qué la recepcionista les daba acerca de las excursiónes que habían cerca del lugar. Aunque Jimin no prestaba demasiada atención y más bien perdía la vista por las ventanas de la entrada.

-Hay varias cascadas. Algunas están disponibles sin guía. Recuerden que si desean hacer alguna excursión deberán informar aquí en la recepción. Ah, y hay una excursión nueva que aún está cerrada, supongo que luego les explicarán de qué se trata -Sara tradujo y se acomodó las trenzas que llegaban a su busto.

-¿Y se puede usar la piscina? -preguntó Taehyung mirándola entretenido.

-Sí, por supuesto. Está abierta desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche.

-¿Es climatizada?

-Sí, señor.

-Señorito, por favor -corrigió él.

-Claro... -la chica rió mirándolo e intentando entender si era un chiste—. La recepcionista pregunta si les han informado el horario del desayuno.

-Quizás Jimin lo recuerda de cuando estuvo aquí... -Taehyung miró a su amigo para corroborar y éste negó con la cabeza.

-Antes no pasé ni un día en el hotel... —contestó Jimin.

-Claro, lo siento.

-Bueno —continuó Sara—, los horarios son: de ocho a diez de la mañana se sirve el desayuno, y luego...

-Mierda... -largó Jimin mirando a través de los ventanales de la recepción hacía la entrada del hotel. Al escucharlo, inmediatamente todos voltearon a ver qué miraba con tanto detenimiento.

Pero él solo se petrificó y se quedó sin aliento al ver un taxi estacionando frente a la puerta. Y simplemente lo supo. Supo que Yoongi venía él, lo sintió en la piel y en cada molécula de su cuerpo.

El chofer bajó del auto y lo rodeó para abrir la puerta trasera. Una valija negra con ruedas tocó el suelo y luego una pierna apareció vistiendo un pantalón negro y zapatillas Converse rojas.

Jimin se acercó a la puerta de entrada del hotel y salió casi siendo guiado por un simple impulso. Estiró el cuello para lograr ver detrás del taxista, y allí estaba: el mismísimo Yoongi. Su Yoongi de cabello negro y piel pálida, ojos rasgados e intrigante expresión de saberlo todo.

Sonrió de oreja a oreja con melancolía y esperó a que él lo notara; no quiso hacer ningún movimiento hasta esperar su reacción. Entonces advirtió que los ojos de Yoongi lo encontraron, y después de fijarlos sobre los suyos, una sutil sonrisa se marcó en su boca. Soltó la valija que traía en la mano y esquivó al taxista para caminar a paso firme hacia él.

Entonces, mientras Jimin apretaba sus dedos nervioso frente a su cuerpo, sonrió instintivamente al verlo acercarse con esa gran sonrisa marcada en su preciosa cara.

Era él. Era real. Era de carne y hueso y tal cual lo recordaba.

Al sentir sus brazos rodear su cintura con fuerza, levantarlo del piso y girarlo con emoción, se preguntó si siquiera eso era real, o si sería quizás alguno de los tantos sueños que había tenido con él.

-¡Niño caníbal! -exclamó Yoongi al girarlo por el aire.

Jimin se aferró a su cuello sin querer soltarlo jamás. Su olor era el mismo. Su tacto se sentía igual. Y las lágrimas cayeron por las mejillas de ambos sin poder controlarlas.

-Yoongi... -pronunció mirándolo directo a los ojos cuando se separaron-. Pensé que jamás te vería de nuevo...

-También yo -Yoongi lo observó profundamente con afecto. Corrió su flequillo con su dedo índice y limpió una lágrima que resbalaba por su nariz.

Jimin quedó absorto por su imagen, por tenerlo en frente, por poder sentirlo cuando pensó que jamás volvería a hacerlo. Y se fundió en sus ojos hasta que sintió una sombra a su costado. Fué entonces cuando volteó a mirar y se percató del chico que se paraba allí y miraba a Yoongi con diversión mientras sostenía dos valijas en sus manos.

-¡Tienes que decirme como hacer llorar a ésta roca! —exclamó él, refiriéndose al parecer a las lágrimas de Yoongi.

Entonces Jimin observó a Yoongi frente a él y lo notó tragar duro para luego correr la vista hacia otro lado.

-Jimin, él es... -comenzó a hablar, pero rápidamente aquél chico terminó su frase:

-Soy Sato Hiro -dijo, asomando una sonrisa de lado-, el novio de Yoongi.

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xd

NUEVAMENTE © (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora