Capítulo 13, La Sorpresa

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Luego de un rato en el peor almuerzo de sus vidas, Hiro se levantó diciendo que dormirían una siesta, y se llevó a Yoongi con él.

Verlos irse del restaurant fue doloroso. Hiro era insoportable, y ahora Jimin no creía que Yoongi estuviera con él por puro gusto. Por lo que esperaría a la noche para hacerle a Yoongi todas las preguntas que tenía en la cabeza.

Esa tarde, Jimin y Taehyung la pasaron en la piscina climatizada y semi cubierta del jardín. Y aunque Jimin quiso relajarse, su estado de alerta no le permitió hacerlo. Sentía terror, pánico, miedo de que Yoongi y Hiro aparecieran y entonces algún desastre se armara; porque no permitiría que otra vez sucediera lo que había pasado en el almuerzo.

Al rededor de las siete de la tarde regresaron a la habitación y tomaron una ducha. Luego ordenaron dos hamburguesas completas con coca cola. Taehyung alegó ser su noche de permitidos para devorar aquella hamburguesa en la mitad del tiempo que le tomó a Jimin comer siquiera la mitad. La verdad era que Jimin sabía que su amigo traía el hambre acumulada desde la mañana, y le agradó el hecho de que se alimentara.

Mientras veían Outlander en la televisión, recostados sobre la cama y con el estómago lleno, la hora del encuentro llegó. Entonces Jimin, como todo un adolescente emocionado por una primera cita —aunque no se tratara de una—, se levantó, se cambió, perfumó y se lavó la cara y los dientes para despavilarse un poco.

Eran las 12:56 de la mañana cuando se despidió de Taehyung y abrió la puerta sigilosamente para salir.

El pasillo se veía oscuro y vacío, apenas iluminado por las tenues luces amarillentas que se disponían a lo largo de la pared del corredor y junto a cada puerta. Se sentó allí, en el mismo lugar en el que lo había esperado la noche anterior. Apoyó las manos sobre sus rodillas e inspiró profundamente para calmar sus nervios.

¿Yoongi había dicho que tenia una sorpresa? ¿A qué diablos se referiría con eso? Volvió a tomar aire profundamente para exhalarlo despacio inflando los cachetes, rogando al cielo que no se tratara sobre algo como que se casaría con Sato Hiro, adoptarían un hijo y se mudarían a la Polinesia...

Cuando escuchó un ruido miró en dirección a las puertas, y lo vió salir de la habitación frente a la suya con absoluta cautela. Él apoyó la puerta y la cerró tan delicadamente que esta no emitió siquiera un ruidito. Caminó hacia Jimin con una sonrisa en los labios y se agachó de cuclillas a su lado para mirarlo con un brillo de picardía en la mirada.

—Hola... —Susurró Yoongi.

–¿Esta todo bien? —tartamudeo Jimin en voz baja. Se sintió observado e inmediatamente se preguntó a qué se debería esa expresión.

—Sí, todo bien. Dame tu mano —pronunció con aparentemente apurado.

—¿Qué?

—Vamos, dame tu mano.

Jimin abrio su mano lentamente y la observó inquieto antes de extendersela. Entonces Yoongi hurgó dentro del bolsillo de su campera azul opaco y se escuchó un tintineo.

Jimin esperó con la mano extendida hasta que él le dejó una llave.

—¿Qué es esto? —preguntó, observando la llave más de cerca. Porque a pesar de llevar los lentes puestos, su vista estaba cada vez más estropeada. Entonces reconoció el llavero, era el mismo que tenía la llave de su habitación del hotel.

—Es la llave de la habitación.

—¿Para qué me das la llave de tu habitación? —preguntó con total confusión.

—No es la llave de mi habitación, es la llave de nuestra habitación —susurró Yoongi acercándose un poco más a su cara.

—¿Nuestra? —su corazón se detuvo al escuchar aquella palabra. Una que los incluía a ambos.

—Sí, escucha —volteó a ver hacia atrás, seguramente checando que Hiro no apareciera—. Le pedí a Sara que me consiguiera otra habitación vacía con la excusa de que me pelee con Hiro y que no quiero dormir con él. Ella estuvo contenta de ayudar, por supuesto.

—¿Entonces es para... nosotros?

—Sí... para que hablemos, no te preocupes —contestó haciendo esa mueca que hacía con la mano cuando pretendía minimizar algo—. Es que no podemos hablar tranquilamente aquí, en medio del corredor y entre susurros, ¿no lo crees? —sonrió y levantó brevemente las cejas.

—Esta bien. Sí —accedió Jimin; Yoongi realmente se estaba esforzando por pasar tiempo con él, aunque aún no entendía del todo por qué se escondía tanto de su novio si no había nada que esconder realmente, pero estaba dispuesto a hacer todas las preguntas que tenía en mente para obtener la respuesta...

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+Deposita aquí lo que piensas que sucederá en esa habitación...

Como siempre... ¡mañana capítulo nuevo! 🧡

NUEVAMENTE © (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora