Capítulo 17, Todo vuelve a ser como antes

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Jimin juró que Yoongi sonrió con satisfacción al enterarse de que él tampoco había estado con nadie más. Y luego, con esa sonrisa, él estiró la mano y con la yema de sus dedos recorrió lentamente su pecho.

—Tenemos las mismas cicatrices... —susurró pensativo.

—Lo sé, lo noté también —contestó Jimin.

—Provocadas por las mismas cosas... ¿Entiendes que solo nosotros dos las tenemos? Nadie más...

Jimin asintió. Entendía lo que quería decir. Cada recuerdo, cada golpe y cada momento había sido solo suyo, y nunca nadie más entendería por lo que habían pasado allí en el bosque, excepto por ellos mismos.

Yoongi deslizó sus dedos pálidos por sus costillas hasta aferrarse a su cintura y pegar sus cuerpos de un tirón. Entonces observó los ojos de Jimin en silencio por un largo momento, con la respiración tan agitada que las aletas de su nariz se abrían y se cerraban y sus pechos pegados seguían el mismo ritmo de respiración.

—Yo no sé lo que siento por ti, Jimin. Es algo que no tiene explicación... o por lo menos yo no la sé. Va más allá del amor o el cariño, es como si...

—¿Nuestras almas estuvieran conectadas?

Yoongi asintió.

—Algo como eso.

—No sabía que podías ser tan místico... —Jimin susurro tan cerca de su boca que tuvo que resistirse de darle un mordisco a esos labios rojizos.

—No lo era antes, pero esto es diferente.

—También lo siento así...

Yoongi sonrió con lujuria echándole una mirada a la boca de Jimin. Tragó saliva y llevó su otra mano a su cuello, subiendo lentamente sus dedos hasta enrredarlos en su cabello negro. Entonces Jimin cerró los ojos y su cuerpo entero tembló. Tiró la cabeza levemente hacia atrás y se entregó completamente a él. Los labios de Yoongi resbalaron por su cuello dibujando una linea entre su clavícula izquierda y su oreja derecha.

Al sentir su boca sobre su piel Jimin tragó saliva sin poder evitar el temblor de su cuerpo. Cada fibra le gritaba desesperadamente que uniera sus labios, que lo devorara. Pero entonces Yoongi se detuvo abruptamente.

—Sabes que me muero por hacerte mío...

Jimin abrió los ojos y los dirigió hacia su cara.

—Ya lo soy de todos modos...

Yoongi sonrió y se mordió el labio. Entonces guió ambas manos a su cintura y lo pegó con firmeza a su cuerpo.

—Es arriesgado hacer algo ahora. La sanguijuela podría despertar en cualquier segundo.

Jimin regresó lentamente de la fantasía a la que Yoongi le había hecho volar con sus besos y caricias, y entonces entendió que él tenía razón. Asintió con tristeza y tragó saliva.

—Sí, es verdad.

—Si logramos dormirlo, mañana tendremos toda la noche, ¿sí? Lo prometo —corrió el cabello de sus ojos y puso un mechón detrás de su oreja.

Jimin suspiró. Dos años. Eso es lo que había esperado para ese momento, para sentir que todo recobraba sentido, y ahora ni siquiera podía verlo con tranquilidad. Pero de todos modos lo entendía, y sabía que Yoongi estaba arriesgando mucho por él.

—Vamos a lograrlo, somos un gran equipo.

—Claro que sí —Yoongi sonrió mostrando las encías.

Jimin llevó sus manos a sus hombros y lo acarició con cariño, observando su piel bañada de un brillo amarillento por las luces de la habitación, tan suave y lisa como la recordaba. Entonces hundió su cara en su cuello y aspiró su olor.

Había algo primitivo en todo eso, como dos animales reconociéndose luego de no verse por mucho tiempo. Dos animales emparejados de por vida.

—Vamos a salir de esta, lo prometo. Aunque siempre hayas sido tú el que encuentra una solución para cada problema.

—Pues estaría perdido en este problema si no fuera por las pastillas, así que creo que ambos hacemos un gran equipo.

—Aunque... —Jimin se acomodó en su cuello y se aferró a su cuerpo en un abrazo reconfortante.

—¿Aunque qué?

—Lo de las pastillas en una solución temporal —dijo. Y lo siguiente lo pronunció más bien como si estuviera pensando en voz alta—, no podremos sedarlo por el resto de nuestras vidas...

Entonces sintió el silencio de Yoongi. Un silencio que se tornó aterrador: pensar en que debía dejarlo irse de Portland, otra vez, y en manos de un psicópata, le heló los huesos.

—Lo sé. Lo siento Jimin, créeme que quisiera que todo fuera de otra manera.

—Creo que hay otra manera —Jimin se separó de su cuello para mirarlo a los ojos—. Escapemos juntos de aquí...

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¿Ansiaban lemon? Yo también ahr, pero paciencia que todo llega a su tiempo... ;)

¡Mañana capítulo nuevo! ☀️🧡

NUEVAMENTE © (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora