NUEVAMENTE © (Libro 2)

Capítulo 19, Maldito Psicópata

Ayer no pude publicar capítulo, así que hoy les publico 2.
🧡 Espero que los disfruten 🧡

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Esa noche Jimin despidió a Yoongi con un corto beso en los labios y lo vió cruzar el corredor en puntitas de pie a través de la rendija de la puerta semi abierta. Luego de eso, no supo más de él.

A la mañana siguiente, Jimin y Taehyung se levantaron al rededor de las diez de la mañana y se prepararon para bajar a desayunar al restaurante.

Afuera el día estaba soleado y despejado, y la luz de la mañana entraba por los grandes ventanales reflejando su luz amarilla en todas las mesas. Había música tranquila y algunos mozos y mozas dando vueltas por el restaurante, atendiendo a las familias que desayunaban en otras mesas. El hotel era un lugar realmente agradable, y al ingresar y elegir una mesa cerca de las ventanas, Jimin se preguntó qué hubiera sido de su vida de no haber seguido a Yoongi al bosque aquella vez... Seguramente no estaría allí en ese momento, nervioso, sabiendo que esa noche sedaría a un extraño.

Pidieron dos cafés grandes con medialunas dulces y jugo de naranja, y mientras observaban el jardín floreado conversaron sobre la noche anterior.

—Así que, ¿dices que se besaron? —preguntó Taehyung interesado mientras bebía de su café.

—Sí —las mejillas de Jimin se tornaron rosadas e intentó contener esa sonrisa estúpida que aparecía cada vez que pensaba en Yoongi—. Todo fué hermoso...

—¿Y no pasó nada más? —preguntó levantando las cejas con curiosidad.

—No —Jimin miró hacia ambos lados con la paranoia de que alguien lo escuchara—, ya te dije lo que tenemos que hacer con Hiro —susurró acercándose más a su amigo.

—Cierto, el Salto y Giro... ¿en qué puedo ayudar?

—No lo sé... —Jimin le dió un mordisco a su medialuna y se preguntó si era momento de contarle también que pretendía escapar junto a Yoongi en pocos días. Estaba por abrir la boca para contarle su plan cuando Taehyung volvió a hablar:

—Allí vienen... —pronunció cubriendo su boca con el vaso de jugo de naranja y pretendiendo mirar hacia otro lado.

Y esas dos simples palabras fueron suficientes para que a Jimin se le helaran los huesos. Tragó saliva y se quedó quieto, esperando...

—Buenos días. —Al escuchar la gruesa voz de Hiro volteó a mirarlo: él se paraba a su lado y lo observaba hacia abajo con aparente diversión—. ¿Podemos sentarnos?

—¡Por supuesto que sí! —contestó Taehyung en un tono exagerado— ¡Los estábamos esperando! —Hiro cambió la expresión a una seria al escuchar el sarcasmo que él utilizó.

Yoongi se sentó junto a Jimin otra vez, y frente a él se sentó quién se hacía llamar su novio pero en realidad era un reverendo idiota.

El sonoro suspiro de Yoongi llegó a la oreja de Jimin, quién evitaba con todas sus fuerzas voltear para mirarlo para así evitar posibles discordias. Hiro levantó una mano y llamó a una moza.

—Tráeme dos cafés medianos y, ¿el tostado de jamón y queso es muy grande?

—Trae uno solo, es pequeño.

—Tráeme uno, tengo hambre.

La mujer anotó el pedido en su libreta.

—Claro, yo no tengo hambre... —susurró Yoongi.

—¿Qué dijiste? —preguntó Hiro.

—Nada.

—No, vamos. No seas tímido, dinos a todos lo que dijiste... —sonrió cínico.

—Dije que nada... —su voz salió débil.

Hiro chasqueó la lengua con molestia y volteó hacia la moza. Estaba por hablar cuando Jimin lo interrumpió:

—Dijo que tiene hambre, así que, mejor que sean dos tostados —sonrió aún más cínico que él y lo miró a los ojos, en lo que se tornó casi un duelo silencioso.

Yoongi abrió los ojos espantado y se acomodó en la silla.

—No, está bien. No tengo hambre —dijo con la respiración agitada, entonces Jimin volteó a mirarlo confundido.

—¿Ves, Jimin? —dijo Hiro con esa sonrisa siniestra—. Dijo que no tiene hambre.

Maldito psicópata, pensó Jimin apretando los dientes. Sabía exactamente lo que Yoongi hacía, la daba el gusto a Hiro para que se mantuviera calmado. Pero Jimin no estaba seguro de poder hacer eso también. Ese imbécil lo sacaba de quicio y estaba a punto de reventar para defender a Yoongi, aunque eso arruinara quizás todos sus planes...