•39•

50 6 1
                                    


*Clarke*

Sigo sin entender lo que acaba de pasar en la última media hora de mi vida. Un holograma hablante dice que las criaturas sobrenaturales existen y que por ende existen cazadores que mantienen a los humanos a salvo de las mismas. Y ahora resulta que fui seleccionada junto con Octavia para formar parte de este grupo de cazadores.

—Esto no es real.

—Esto, Clarke. Es asombroso– dijo Octavia lanzando un cuchillo a la diana que colgaba del techo. Claro que es la primera vez que hace algo así y casi se lo clava a Raven. —Piensa que ahora podrás hacer realidad lo que lees en tus libros de fantasía

—Shhh baja la vos, O. No necesito que los demás se enteren que leo ese tipo de libros.

—•—

*Sofia*

No podia, no podía aguantar un segundo más la mirada de decepción de mi padre. El murmurar de los demás cuando entraba a una habitación, no tenían el descaro de siquiera esperar a que me fuera o tratar de disimular.

No pienso seguir de brazos cruzados, les voy a probar a todos que soy perfectamente capaz de cazar a un lobo y ya sabía exactamente donde encontrar su guarida, por más que Cam- la beta esa este muerta puedo conseguir a alguien más. Vino a mi un pequeño flashback de sus brillantes ojos amarillos pero lo borré en seguida de mi mente.

—No es momento de distracciones Sofía, concéntrate– sacudí la cabeza y seguí preparándome para al fin poder cumplir con mi misión.

La vuelta al bosque trajo malos recuerdos en mí pero no podía permitir que mi mente se nublara. Estaba a punto de meterme en la boca del lobo, de todo corazón espero que solo metafóricamente hablando.

*Luna*

Aaah era tan desesperante. En la última semana no podía dejar de pensar en Raven. Pero ahora se me era imposible estar lejos de ella. La última semana no salió de la casa y era muy arriesgado ir con tantos cazadores que podían descubrirme. Siempre estaba rodeada de esos dos y la chica rubia. No entiendo porqué se le acercaba tanto.

Eran las 11 de la noche y acá estaba yo, escondida en las sombras de los árboles que rodeaban la casa. Había salido a dar una vuelta por el bosque en mi forma lobuna pero terminé acá. Podía ver una tenue luz que asomaba por la ventana del balcón de Raven. Mi loba tenía tantas ganas de llegar hasta allí. Poder entrar, estar con Rav. Basta, no puedo hacer eso, si me descubren podían atraparme...

Pero que vida es esa de vivir a escondidas.

Esperé a que las luces de abajo se apagaran y me acerque a la pared.

Esperé a que las luces de abajo se apagaran y me acerque a la pared

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Clavé mis garras entre las piedras y con la enredadera me ayude. Al llegar a balcón pude ver que Raven se encontraba recostada en su cama leyendo un libro. Con la emoción comencé a sacudir la cola de un lado para otro y por accidente golpeé un planta que se callo al instante. El ruido provocó la repentina mirada de Raven hacia la ventana.

Por mero instinto me oculte antes que pudiera verme. Ay que estoy haciendo, esto no estaba en mi plan. ¿Que le voy a decir? Va a pensar que soy una psicópata que espía personas a mitad de la noche. Yo no estaba preparada para hablarle ¿Por que es que me pongo tan nerviosa?

Pude escuchar ruidos que provenían de la habitación, que no venga, que no venga.

La puerta de vidrio se abrió lentamente y Raven salió lentamente, al principio no me vio, pero cuando giró la mirada hacia dónde estaba yo, tuvo qué llevar sus manos a la boca para ahogar el grito que salió de su boca. No sin antes lanzarme una daga.

Ay, casi pierdo mi colita.

Mates (Raven y Luna) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora