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Si comentan les subo la otra parte cuando la tenga lista lo más pronto posible 😌

Todos habían ido a la sala, la que daba a las escaleras de salida. Estaban repartidos en los distintos sillones a la espera.

—Pasaron como tres horas ¿Por que Cami no regresa con Chi y Isa?— preguntó preocupada.

—No lo se Lili— contestó —Pero tienes que dormir— Emori se paró, se acercó a ella, la tomó en brazos y desapareció con Lili por el pasillo.

Por otro lado, en algún lugar del bosque, se escuchaba el golpe y rose de dos piedras. Sacaban pequeñas chispas pero no lograban su objetivo, quemar las ramas.

A un metro donde eso sucedía párpados pesadamente se abrían dejando ver a esos ojos café. La chica intentó moverse pero no lo logró así que intentó aclarar su vista borrosa que observaba pura oscuridad. Poco a poco pudo divisar sombras, todas estaban quietas exceptuando a una, parecía temblar.

Camille quiso acercarse a aquella sombra pero no pudo y ahora supo el por qué, estaba atada. Eso la alertó he inmediatamente quiso desatarse, sin importar el ruido que hiciera. La sombra temblante a lo lejos se acercó. Eso la puso más nerviosa hasta que un pequeño rayo de sol, que apenas estaba sobresaliendo sobre el horizonte, pegó en su cara y pudo ver a una chica de aproximadamente de 14 o 15 años, lo que la tranquilizó un poco. No parecía gran amenaza.

—¿Que estás haciendo?—preguntó la ex-sombra dirigiendo una mirada dura a la chica sentada en el suelo. Eso no asustó a Camille, de hecho, le dio un poco de gracia porque a su parecer, la chica tenía pinta de no haber matado a una mosca en su vida —No sonrías tanto ni te muevas mucho que cada que intentes librarte de la cuerda se ajustará más—dijo ahora ella con una sonrisa. Enseguida pareció esfumarse aquella gracia.

—Suéltame!— exigió casi gruñendo.

—Ja ¿soltarte? Claro que no— se agacho a la altura de Camille —Eres lo que necesito— y manteniendo su sonrisa, con su dedo índice tocó la punta de la nariz de Camille. La misma con sus filosos dientes intentó morderla —Ouh, parece que la perrita también muerde—dijo alejando rápidamente su mano —Mira, solo te dire una cosa— se paró —Si yo muero, tu mueres.

—¿A si? ¿Regresaras del más allá para matarme? Hm, creo que me arriesgaré.

Ay...que tontita eres— dijo colocándose en una pose soberbia —La cuerda, está hechizada— se inclinó ligeramente —Además tiene un...digamos que "ligero" veneno que ahora mismo está en ti y que si no tomas el calmante...morirás agonizando de dolor— se enderezó y volvió a la oscuridad.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Camille pero recordó algo muy importante, las ventajas de vivir en un refugio de sobrenaturales...

Mates (Raven y Luna) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora