Capitulo 35: Tokio II

218 28 1
                                    

Era nuestro segundo dia en Tokio.

La noche anterior no pude dormir al pensar en las palabras de Kiyomi. Ella dijo que le preocupaba que no pudiese expresarme. Como siempre, su mente iba de pensamiento en pensamiento. Pero escuche algo entre tantos diálogos.

"No podré hacerlo más"

No puedo dejar de darle vueltas a esa frase. ¿Qué es lo que no podrás?

Nos pasaron a buscar temprano para ir al Museo Edo, fue una mañana entretenida. Pero note que Kiyomi no se acercaba tanto a mi. ¿Me esta evitando?

No, no haría eso. No Kiyomi.

Todo cambio cuando fuimos al Jardín Nacional Shinjuku Gyoen. Entre naturaleza la vi alegre y tranquila. Busque la forma de que tuviéramos otro momento a solas. Y esta vez no hubo abrazos pero si lagrimas de emoción.

Encontramos un lugar donde reposaban muchas mariposas, Kiyomi estaba maravillada.

Tenía la cámara conmigo así que le saque algunas fotografías. Pero nada igualará la imagen que guardo en mi mente de Kiyomi sonriendo tan genuinamente.

Cuando las mariposa se dispersaron, pude mostrarle las fotografías. Ella estaba muy linda y feliz. Cuando recordó que tenía que entregarme el cuadernillo de nuestras conversaciones. Antes de dármelo dijo.

- Ayer te dije que me preocupaba que no hablaras de tus sentimientos. Lo decía porque sueles escribir muy poco y yo suelo escribir mucho. Pensaba que te desagradaba eso, pero al escuchar que estabas enamorado, me sentí mucho más segura de escribir con mi corazón en la mano.

Me quedé en silencio mirándola.

- Se que eres de pocas palabras, que hablas poco y piensas mucho, no estoy diciendo que no me guste eso. Solo digo que me alegra mucho escucharte cuando se trata de tus sentimientos. En especial porque tu siempre me escuchas.

- Kiyomi, estoy enamorado de ti. Quiero hablar de eso contigo, un día tras otro, por el resto de nuestras vidas. Pero creí que confesarme todo el tiempo quizás podría sonar algo desesperado. Me arrepiento de no habértelo escrito desde el primer día. ¿Puedes perdonar mi falta de expresión? Prometo decirte lo que siento más a menudo.

Ella miraba mis ojos con dulzura y calma. Tomó mi mano, me hizo sentir su firmeza apretandola con fuerza.

- Saiki, solo basta con que me lo digas una vez y te cree para siempre. No te disculpes por no decir más, fue suficiente para mi saberlo. Solo dime cuando te sientas mal también, cuando te incomode, cuando algo no te guste y así lo haré mejor.

- No tienes nada que mejorar.

- Claro que si, solo que ahora estamos muy enamorados para verlo.

Ella tomó mi rostro en sus manos. Y luego me dio un beso en la barbilla.

Kiyomi, no me gusta que debamos esconder nuestra relación. No se cuanto tiempo más pueda hacerlo. Ya no quiero tener que controlarme todo el tiempo, fingir que no necesito mirarte.

Antes de que pueda decir algo más, ella quito sus manos rápidamente porque escucho que alguien se acercaba. Era Aiura que venía a buscarnos para seguir con el recorrido y que no nos perdamos. Ella noto de inmediato nuestra cercanía, pero no dijo nada, solo tomó la mano de Kiyomi y la mia, nos llevó con los demás.

Finalizamos el día muy cansados. La despedí con un saludo breve antes de que acompañe a las chicas a su habitación. Esa noche los chicos habían planeado una ronda de verdad o reto con alcohol. Y se que las chicas tenían algo parecido entre sus planes.

Florecer: La desastrosa vida de Saiki Kusuo [Editandose] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora