Capitulo 9: Mirarnos con amor.

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Me mire en el espejo para limpiarme el maquillaje que utilicé para mi cita de esta tarde.

Aun no le conté a mis hijas que volví a salir con él. La mudanza a sido estresante para las tres y no se como podrían tomárselo.

¿Es muy egoísta darme una hora para ser una persona enamorada?

Él es más joven que yo, tiene 20 años y yo viví 23 años. ¿Es una gran diferencia?

Él dice que ama a mis hijas y las cuida con mucho empeño. Nos cuida a las tres. Desde que nos conocimos hace 3 años no a dejado de hacerlo. Incluso tras aquel día tan trágico para nosotras. Si aun estoy respirando es gracias a él.

Pero tengo dudas.

Pues en el espejo puedo ver mi piel con todas las cicatrices que me ha dejado la persona que supuestamente me amaba.

Fui tan tonta, deje que me usara tantos años y tantas veces.

¿Quién puede amar a este pedazo de carne?

Me llego un mensaje, es él.

"Mis lectores indican que tienes baja Serotonina. Estoy en tu puerta esperando para darte mucho amor."

Baje a abrirle, tenia un ramo de flores tejidas para mi.

— Estas me parecieron más bonitas.

Estaba con una bata y mis lagrimas secas, nada más.

— Las flores tejidas no son el único regalo, también tienes todo mi cuerpo aquí para darte unos abrazos fuertes y muchos besitos.

Respire con tranquilidad y lo abrace fuerte. Él me respondió con más fuerza.

— Fleur quiero que conozcas a mis padres.

— ¿Tus padres?

Lo solté.

— Ellos no van a quererme.

— Te amaran.

— Tengo dos hijas.

— Eso no les va a afectar. Van a admirar la maravillosa madre que eres.

— ¿Cómo les explicaremos todo lo que paso?

Ya estaba envuelta en lagrimas y caí en el sillón. Él se sentó junto a mi y me abrazo.

— No es necesario contárselo pero créeme que si quieres decirle alguna vez ellos entenderán perfectamente. Ni yo ni mi hermano somos personas comunes.

— Ser inteligente esta bien, incluso si tu hermano tiene poderes psíquicos como volar o lo que sea que pueda hacer. Esta bien. Pero yo, nosotras...

— No fue tu culpa. No podías controlar nada de lo que paso.

Me abrazo con más fuerza que antes. Y luego me miro a los ojos con lágrimas.

— Mi amor, si hubiese podido evitar todo lo que sucedió lo habría hecho. Pero no estaba en nuestras manos.

— Por como me hablas a veces creo que si me quieres.

— Eres lo que más amo. Tan inteligente, tan bonita, tan tu. No merezco menos que a la mejor mujer del mundo y es lo que tengo entre mis manos.

— ¿Aunque sea un Zombie?

— Soy una persona extravagante.

— Me gustaría ser como Kiyomi y no dudar de lo que sientes. Pero ya sabes que es difícil para mi entender que no soy un objeto al cual torturar ni del cual abusar. Perdón por no poder sentir todo el amor que me das.

Florecer: La desastrosa vida de Saiki Kusuo [Editandose] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora