Capitulo 40: El fin

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Intenté dormir, no quise seguir leyendo las próximas páginas. Tengo muchas preguntas. Y todo empeoró cuando, a la mañana siguiente, mientras caminábamos por los pasillos del hotel para ir a desayunar, vi a Kiyomi usar unos broches iguales a los míos.

No podía escuchar sus pensamientos. Ella me saludó con una sonrisa y luego puso sus ojos en señal de disculpa.

Me sorprendió. No lo entiendo. No entiendo nada.

Fui poco disimulado; la tomé de la mano y la llevé conmigo de vuelta a los pasillos. Cuando nadie nos vio, me teletransporté con ella al techo del edificio.

- Puedo explicarte.

- Hazlo.

No quiero estar molesto, no con ella. Pero no lo entiendo.

- Creí que era mejor así. Ni mi madre ni Kusuke sospecharán, y además tendrás que preocuparte por un pensador menos a tu alrededor.

- ¿Es por mí?

- Sí.

- No me mientas.

- No te miento.

- Si lo haces, me mientes. ¿Por qué me mientes, Kiyomi?

Mi voz estaba cargada de tensión. No quiero lastimarte, tal vez estaba mejor sin que ella alterará mis emociones. Sin este molesto peso. ¿Sin ella? No quiero, no quiero dañarla.

ME SIENTO TAN MAL NO QUIERO SENTIR ESTO.

- Cuando leía tus pensamientos, escuchaba lo que pensabas, pero había algo que me decía que incluso esos pensamientos podían ser falsos.

No me reconoceria a mi mismo si me viese desde lejos. Estaba enfadado, toda la noche sin dormir pensando en como ayudarla, en como hacer algo por ella, pero ella esta dando un paso atras.

- Como la vez que quise besarte, tú pensabas que sí querías, pero también había una voz dentro de ti que te decía que no lo hicieras.

Kiyomi frunció el ceño, tratando de comprender.

- Saiki, solo escucho una voz en mi mente, la que responde a tus preguntas, la misma voz que conoces bien. No puedo creer que pienses que te estoy mintiendo.

No puedo dejar de mirarla, sintiendo un dolor interno. No entiendo.

- Entonces, ¿cómo explicas eso? ¿Es la voz más profunda la que debo escuchar? ¿Es esa la voz que me dice la verdad?

No controlaba mi tono de voz, no solia usarla. Pero creo que rebela más mi sentir. Mi voz se volvió más... durá, o más seria, más dolida. No lo se, no quiero sentirme así.

- La voz que a menudo rechaza mis sentimientos, mis acercamientos...

Kiyomi se vio ofendida, pero rápidamente su expresión cambió a una de confusión.

- ¿Cómo puedes pensar que estoy mintiendo? ¿Tenias esos pensmientos contigo cada vez que hablabamos? ¿Escuchas mi rechazo?

Pense que iba a ponerse a llorar, pero aunque sus ojos parecian querer hacerlo, se contubo. Hablo con suavidad, como si la hubiese herido o como si hubiese expuesto algo que ella no deseaba ver. Con la suavidad con la que tratarias a una bomba, expresó su verdadero sentir.

- No escucho esa voz que dices, solo la que te contesta. Me estás haciendo dudar de mi propia cordura y de mi verdad.

Quede en silencio por un momento, tratando de entender lo que estaba sucediendo. Finalmente, di un suspiro de frustración.

Florecer: La desastrosa vida de Saiki Kusuo [Editandose] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora