Capitulo 22: Un corazón hecho pedazos.

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Estoy tan cansada

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Estoy tan cansada. Aunque este podría ser el final de mi historia ¿Podre ser feliz con él?

Kusuke no creía a su hermano capaz de enamorarse de Kiyomi, yo tampoco pensé en esa posibilidad.

En estos dos años juntos descubrí una vida nueva y maravillosa con él. Aun con todas nuestras recaídas, las dos salimos adelante.

¿Nos arriesgaremos? Son solo dos chicos que quieren vivir su primer amor. Pero si Kiyomi permanece en contacto con el Gen PSK que no esta neutralizado esto podría terminar muy mal.

Entre los psíquicos siempre ocurre una simbiosis que no pueden controlar. Pero ya controle mucho la vida de esa niña. Yo creo hacer lo mejor para ella aunque llene su mente de confusión. Solo quiero que sea feliz.

¿Pero y yo? ¿Seré feliz a sabiendas de que mientras yo me aferro a mi gran amor ella tendrá que perderlo? ¿Cuántas cosas más deberá perder para permanecer protegida?

Ella se ve tan feliz con esta familia.

¿Me permites romper tu corazón una vez más para protegerte? ¿Me permites una mentira más?

El timbre sonó y el joven Saiki se despidió. Kiyomi lo vio irse, puedo ver que mi hija ya le entrego su corazón.

Mire a Kusuke intentando encontrar alguna mirada decidida en él. Pero también vi dudas en su rostro. Él tomo mi mano.

- Deben contarnos algunas cosas que me dan curiosidad.

- Pregunta lo que quieras mamá.

- ¿Cuándo se conocieron?

- Fue hace más que unos dos años, acababa mis estudios y trabajaba en una investigación especial. Fui a buscar a su esposo por algo de información sobre su investigación.

- ¡¿Su esposo estaba vivo?!

- ¡Papá!

- ¡Lo siento!

- Si, pero papá no estaba mucho con nosotras, investigaba en su habitación secreta. Así que casi todas las veces que él vino a verlo no pudo encontrarlo.

Haru tenía muy en claro todo el libreto que creamos sobre lo que habíamos vivido.

- Un día lo hice y me di cuenta de que era un hombre interesante. Lamentablemente falleció.

- Lo lamento.

- Claro, nosotras también. Pero luego nuestra vida cambio. Viajamos y aquí fue donde Kusuke y mamá se acercaron más.

Kiyomi temblaba sutilmente al hablar y todos lo notamos.

- Fleur demostró ser una mujer extraordinaria todos los días desde que la conocí.

- Fui abierta con mi relación con las niñas. Pero no quería apresurarme por demás. Así que lamento que recién hoy nos presentemos ante ustedes.

- Tranquila Fleur, eres una mujer hermosa con una familia hermosa. Y nos alegra que hayas vuelto a encontrar el amor.

- También estamos felices por mamá.

Haru bajo a abrazarme. Era una niña lista y audaz. Mire a Kiyomi, se sostenía de la mesa. Kusuke ya se había parado para ir a sostenerla pues en cualquier momento su cuerpo de iba a desvanecer.

- ¡Kiyomi!

Grito Kurumi al verla desmayarse por completo. Kusuke la levanto y la llevo a su auto. Kurumi agarro de inmediato a Haru, quien lloraba muy preocupada. Kuniharu manejo el auto pues tanto Kusuke como yo estábamos muy angustiados. Tome su cabeza en mis brazos, estaba helada y sudaba frio. Su pulso estaba muy bajo.

- Todo va a estar bien Fleur.

- ¿Qué le pasa? Estaba bien.

- Tengo todo lo que necesito en el hospital. Mírame.

- ¿Toma su medicación?

- Lo hace, la controlo cada noche.

- ¿Kiyomi requiere medicación?

Yo no podía responderle al Sr. Saiki. Y Kusuke lo hizo.

- Papá, Kiyomi es un psíquico.

Lo mire asombrada. ¿De verdad confiaba tanto en su familia?

- Ya veo. ¡Hacen una pareja perfecta con Saiki!

¿De verdad es confiable?

- ¿Pero que es lo que pasa?

- Papá Kiyomi no sabe sobre sus habilidades psíquicas y no puede usarlas. Así que te pido discreción.

- No diré nada hijo.

- Ella se opero para no ser más un psíquico.

- ¡Vaya! ¿Podemos operar a Saiki?

- Y el resultado de esto fue que su salud se transformo en asunto delicado porque ella tiene que medicarse continuamente para mantener su cerebro estable.

- ¡Rayos!

Llegamos al hospital donde Kusuke pidió una cama de internación y monitoreo constante. Tras un análisis del sistema límbico logro encontrar un problema en el hipocampo. Claramente sus recuerdos estaban luchando por volver a su mente. De inmediato le inyecto nuevamente su medicación, sus neurotransmisores comenzaron a reducir su respuesta.

Creí que iba a perderla cuando su corazón se paro. Pero luego volvió a mi, su corazón latía fuerte y su cuerpo comenzaba a calentarse.

- Estará bien, vuelve a casa con mi papá y descansa. Yo me quedare a cuidarla y puedes venir más tarde.

- No puedo dejar a mi hija aquí.

- Tienes a Haru en casa.

- Tengo un mal presentimiento. Algo malo le puede pasar si la dejo.

- No vas a dejarla sola. Esta conmigo y no voy a permitir que nada le pase.

- No quiero salir sola de esta habitación. En el piso de arriba esta aquel bebe. No voy a ser tan fuerte como para no correr tras él.

- Iré contigo, no voy a soltarte la mano.

Kusuke me tomo de la mano y salimos dejándola sola un momento. Temblaba y luche por controlar mi deseo de ir por aquel niño. Y no lo hice.

No lo hice. Llegue a el auto. El Sr. Saiki condujo suavemente.

¿Cuántos días más voy a soportar vivir así?

Me niego a aceptar que nos este pasando esto

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Me niego a aceptar que nos este pasando esto.

Florecer: La desastrosa vida de Saiki Kusuo [Editandose] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora