UN MOTIVO PARA VIVIR... CAPITULO 23

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Narrador omnisciente


Eran principios de octubre y el clima era agradable, con algo de lluvia, pero siempre templado, nada sofocante hasta el momento. La mayoría de los habitantes en Bangkok disfrutabas de salidas al parque, a parques de diversiones o simplemente a disfrutar de la frescura de su hogar. Para algunos era una estación más. Pero para Gulf habían sido meses interminables de sufrimiento donde lo único que él buscaba era morir...

El primer mes en es psiquiátrico fue horrible, desesperante y con mucho dolor. Los tratamientos no eran agresivos, pero era más la agresión que él se provocaba... por las noches despertaba gritando, bañado en sudor, sus sueños había un bebé lloraba, pero unas sombras aterradoras de lo quitaban de sus brazos, después aparecía Mew vestido de negro y al correr a su lado Gulf caía por la ladera y solo se detenía cuando un tronco atravesaba su vientre. Trataba de moverse, pero Mew volvía a aparecer con su hijo en brazos, pero este daba media vuelta para encontrarse con Art a quien le entregaba a su bebé. Los tres se alejaban mientras Gulf se quedaba solo, con el tronco en su estómago.

Al tener episodios durante la noche, por las mañanas se la pasaba durmiendo y en las tardes era cuando martillaban los pensamientos en su cabeza. sabía que no era culpa de Mew, pero empezó a odiarlo por no buscarlo, por no hacer algo por él. Gulf no sabía exactamente qué fecha era, pero estaba seguro de que hace un año habían iniciado su relación... sin embargo, en ese momento estaba solo, sin Mew y sin su hijo. Eso último lo seguía atormentando. Estaba totalmente seguro que su bebé había llorado y algunas veces en sueños escuchaba como su nana le decía que era un varón... eso era un recuerdo, no un sueño. De eso estaba seguro...

Pero cada que preguntaba por su bebé, su nana o los señores Min nadie contestaba. Había recordado cada minuto de ese domingo por la tarde cuando se había caído y algo le inquietaba demasiado.

1. El señor min no volvió del pueblo, por eso no tenían camioneta.

2. Tanto la señora Min como su nana estaban alertas, porque cuando sintió los dolores del parto ambas seguían vestidas, no habían ido a dormir a pesar de ser la 1 de la madrugada.

3. Por último, las palabras y rostro del doctor seguían resonando en su cabeza...

Para el mes de septiembre Gulf estaba un poco más tranquilo debido a todos los fármacos que le daban, los cuales incluían antidepresivos, Inhibidores, ansiolíticos y antipsicóticos... en algunas ocasiones sentía como si caminara sobre nubes esponjosas...

Las visitas ya eran permitidas y los primeros en ir a verlo fueron su hermana y Jang, como no le gustaba salir de su recamara, cuando lo llevaron al patio el sol le lastimo.

- hijo ¿Cómo estás? – pregunto un muy ojeroso, demacrado y definitivamente más delgado Jang.

"que pregunta tan más estúpida..."

- mira lo que te traje Gulfi, malteadas y algunas galletas que te gustan. ¿no quieres probarlas?

- si... gracias... - Gulf tomo una galleta y al probarlas pregunto. – ¿las hizo mi nana Marie? No saben igual... - Jang palideció al instante, pero Yihwa dijo rápidamente:

- ¿Qué crees que pasó? Zee me invitó a pasar un tiempo en Francia con él, ¿Qué te parece si vamos juntos? ¿no te gustaría ir? Quizás puedas aprender algunas cosas de la cocina francesa...

Gulf se dio cuenta de que Yihwa estaba tratando de distraerlo. A pesar del lugar y de las crisis emocionales que tenía, él sabía dónde y porqué estaba ahí... y no era porque estuviera loco, era porque le estaban ocultando algo. En esos meses lo pensó detenidamente y si el mundo insistía en tratarlo como un demente, enfermo, vulnerable y débil; actuaría como uno, si con eso obtenía información del paradero de su bebé.

LLEVO GRABADO TU NOMBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora