[Los hermanos Do parte 2]

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La plancha pasaba por cada mechón de su cabello, sus ojos se mantenían cerrados mientras la música inundaba la habitación. Hana lo hacía todo con sumo cuidado, de lo contrario, su hermano podría quedar calvo o terminar con una quemadura y esa no era una opción para ninguno.

Por fin lo había convencido.

La castaña llevaba semanas pidiéndole que la dejara pintar su cabello y luego hacerle un lindo corte para poner en práctica lo aprendido de videos que había visto en youtube, a lo que el chico se negaba rotundamente. Sin embargo, Do Hanse sabía perfectamente que no podía negarle nada a su hermana.

Y ahí se encontraba.
Siendo la marioneta de su melliza, quien parecía una niña jugando a peinar una muñeca.

—Listo, terminé—mencionó la chica dejando la plancha sobre su tocador—No te veas aún—le dijo quitando el pequeño espejo del frente.

—Hana, desde ahora quedas advertida, si me quemaste el maldito cabello, voy a acabar contigo.

—Pero claro que no, te ves increíblemente bonito, el rubio te sienta genial. Además, con alguien debo practicar si quiero poner un salón de belleza cuando nos graduemos—respondió causando que el chico dibujara una mueca en su rostro—Bien, a la de tres te dejaré mirar, uno...dos...¡tres!—exclamo colocando nuevamente el espejo frente al chico.

Cuando Hanse observó su reflejo, el silencio invadió el lugar causando que la castaña comenzará a sentirse nerviosa.

—Parezco...una chica—comentó sin dejar de mirarse en aquel espejo—Min Yoongi va a burlarse de mi cuando me vea.

—¡Pero por supuesto que no! Con esa espalda ancha, jamás podrías parecer una mujer Hanse—le reclamo la castaña—¿No te gusta? Me esforcé mucho para que quedara parejo.

—No es que no me guste, sólo que...—comenzó a mirarse de un lado, y luego agitó la cabeza haciendo que su pelo se moviera de un lado a otro—Al diablo, me encanta.

Soltó haciendo que la castaña saltara literalmente encima de él por lo feliz que se sentía.

Y esa era una de las cosas que Do Hanse amaba más en el mundo. Hacer feliz a Do Hana. (Aunque su dignidad estuviese de por medio).

Cuando Hanse y Hana eran pequeños, sus padres siempre se esforzaron para que su relación de hermanos fuese estable, trataron de fortalecer su unión enseñándoles sobre el amor, el respeto, el apoyo incondicional y a ser personas íntegras. De ahí el cariño que ambos se tenían. Y aunque a veces llegaban a pelear ( y con "a veces" me refiero a la mayoría del tiempo) ambos eran conscientes de que no podrían vivir el uno sin el otro, simplemente algo tan sencillo como eso.

Sin embargo, aquel vínculo se fortaleció aún más cuándo ambos llegaron a la pubertad, fue la época en la que Hana recibía más burlas u ofensas de otras personas. Desde ese momento Do Hanse se había planteado un fuerte objetivo: Protegerla costará lo que costará.

Y aunque a veces llegaba a ser bastante sobre protector, lograba que Hana recibiese sólo una pequeña parte del pesar. Eso significaba, que Hanse se llevaba la mayor parte de la tortura.

Pero no importaba, no importaba mientras su dulce hermana estuviese bien.

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Cómo conquistar a tu crush en 5 pasos [Jin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora