Capítulo 14

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Si ambas supieran que estaban pensando exactamente lo mismo ni se lo creerían. Estaban tan absortas con los recientes acontecimientos que apenas podían mediar palabra.

Apenas habían pasado cinco minutos de dichos hechos.

Ahora, Akuma estaba guiando a la vampira hacia su despacho. Iba a ser la primera vez que entrara y por fin el día en el que se enterara de cual era exactamente el trabajo que aquella cría hacía.

La puerta se abrió dejando ver un área de trabajo bastante oscura. Alcina se agachó para pasar por ella y vio miles de cosas. Entre ellas muchísimos cables lo más ordenados posible y un gran ordenador con múltiples pantallas y teclados. Había varios tubos a su alrededor, hologramas de la villa y mucho más. Era increíble a sus ojos.

-Bienvenida a mi lugar de trabajo.-habló la menor conectando una pequeña radio y poniendo su emisora favorita a bajo volumen mientras se sentaba en la silla giratoria y apartaba uno de los portátiles que había junto al ordenador.

-¿Qué es todo esto?-estaba sorprendida por las cosas que veía, aunque lo que más llamaba su atención era la torre oculta tras el ordenador y el aparato en si mismo.

-Es nuestra base de datos, reina.-sonrió con orgullo-. Toda la información de la villa, cualquier mínimo detalle, esta recolectado aquí por mí.-palmeó su pecho-. Y yo soy la encargada de añadir cualquier otro dato y de protegerla ante una amenaza.

Entonces Alcina recordó una de las frases que solía decir Akuma cuando Madre Miranda la preguntaba sobre su trabajo. La frase decía, “Nadie ha conseguido acceder a nuestra base”. Ahora lo comprendía.

-¿Así que esta cosa de aquí almacena todo sobre nosotros?-su cara mostraba total incredulidad. Nunca se la habían dado bien los avances tecnológicos.

-Todo lo que ha estado a mi alcance o lo que Madre me ha proporcionado. -tecleó varias contraseñas y pasó por varios documentos encriptados hasta encontrarlo-. Sanguis Virginis, el vino con mayor éxito actual y creado por una de los lords, Lady Dimitrescu. Las botellas contienen varios ingredientes incluido el especial con sangre de sirvienta o incluso de jovenes vírgenes llegado el caso.-leyó saltándose lo que no la parecía necesario dejando a la mujer que se encontraba a su lado totalmente boquiabierta-. Tengo más si los quieres.

-¿C-Cómo...?-se acercó a ella observando la pantalla.

-¿Ahora ves porque sabía lo que tenía tu preciado vino?-sonrió cerrando el documento y pasando a otro-. Perdón, tengo todo con miles de códigos por seguridad.-abrió otro donde aparecía una imagen de Alcina y hablaba del experimento usado para la creación de sus hijas-. Sé muchas cosas de todos, pero eso no significa que os conozca a la perfección. Tu adicción al dulce es una de esas.-rió al ver como hacía un pequeño puchero.

-Osea que tú obtienes todos los datos, eso lo entiendo.-siguió mirando la pantalla-. ¿Pero cómo y de qué lo proteges?

-Soy una hacker y mi trabajo consiste en detener a otros de mi clase. Y por supuesto, nadie es un digno contrincante contra mi intelecto.-su ego subía por momentos-. Todos los códigos que presencias ahora mismo me los se de memoria y podría encriptar miles de cosas mirando solo el teclado.

Es impresionante.

Pero no iba a admitirlo en voz alta.

Akuma iba a volver a hablar cuando un pitido sonó por la sala llamando la atención de ambas.

-Parece que estas de suerte, alguien esta intentando acceder. Pero no le dejare saber nada sobre este lugar.-sus oscuros ojos se fijaron en la pantalla y subió el volumen de la radio mientras se tronaba los dedos-. ¡Vamos allá! ¡Elevar teclado!-ordenó haciendo que otro teclado apareciera sobre el suyo.

Eres insufribleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora