Capítulo 26

479 54 7
                                    

Sofia Potter

Ir al bosque se había convertido en algo diario, me estaba empezando a gustar el lugar aunque sí que habían demasiados mosquitos que dejan marcas horribles. Pero nada que un poco de magia no pueda curar.

- De nuevo te picaron- preguntó Tom al ver que me curaba.

- Son demasiado molestos de hecho- contesté moviendo la capa para que no se acerquen.

- Eso te pasa por usar falda- me regaño.

- Si olvidas que vengo a verte después de clases y es norma del colegio el uniforme- le di una sonrisa de victoria.

- ¿Por qué me vienes a ver?, ¿no se supone que te aterraba?- preguntó lleno de curiosidad.

- Veamos- lo mire de pies a cabeza dos veces- ¿Tú crees que le tendría miedo a alguien que viene vestido como ministro de magia?- aunque no era una comparación exacta, fuera de las reuniones no usaba esa absurda capa, usaba smoking y traje, en sí muy elegante.

- Ósea que mi capa es la que da miedo- dio una sonrisa torcida, esa sonrisa que había usado ya tantas veces cuando nos veíamos, lo hacía ver más joven, unos 20 a 25 le ponía.

- La forma en la que te comportas o como hablas- aclare- cuando estás aquí, eres otro, hasta dejas tu varita lejos para que confié en ti- me reí un poco y él me miro con el ceño fruncido.

- Yo no hago eso- protesto.

- ¿Ah no?- pregunte- ¿y qué hace ahí?-señala la varita colocada estratégicamente en una rama.

- Me incomodaba- se justificó.

- Soy muy observadora Tom- me reí de la cara que había puesto.

- Pero hablando enserio, ¿Por qué vienes diario?- insistió en la pregunta.

- Porque eres muy interesante y divertido, aparte que desde que hablamos ya no matas a nadie - era verdad no había ninguna muerte de ningún muggle o mestizo.

- Bueno puede que eso sea verdad o en realidad me este tomando un descanso, ¿Por qué no le has dicho nada a la orden del fénix aún?-la pregunta hizo que me tensara de inmediato.

- No soy parte de ahí, te recuerdo que soy tu secretaria de asesinatos- trate de sonar lo más calmada y un poco graciosa pero no funciono- aparte que dijiste era un grupo cerrado o algo así.

- Claro, uno donde entrenan a una de sus mejores infiltradas en estados unidos- el corazón empezó a latir a mil, tom era bueno pero cuando se molestaba daba miedo, lo raro era que no se veía molesto- aunque si te hicieron mierda haya ¿no?

- ¿Cómo es que...?- pregunte un poco asustada y confundida.

-No tengas miedo linda- me tomo de las manos haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo- veras, no son los únicos que tienen infiltrados.

- ¿Quién?, ¿Desde cuándo?, ¿Cómo?- había empezado a hiperventilar sin darme cuenta.

- Sofía respira, no te mataré- y eso hizo que me calmara y no porque hubiera tenido miedo a morir, solo que me había quedado en shock al saber que no me mataría.

- ¿Qué?- pregunte como tonta.

- Si te quisiera matar o hacer algo te hubiera quitado la varita y no hubiera dejado mi varita lejos- bueno eso tenía sentido.

- Pero te traicione- y Sofía la suicida queriendo ir directo a la boca del lobo.

- No, no le has contado a nadie de la orden que hablas conmigo, no has mencionado nada de los horrocruxes y lo único que dijiste fue que quizá yo podía cambiar- eso era cierto, pero quien era que le decía.

- Pero nadie me quiso hacer caso cuando dije eso, por eso es que ya no hable nada más.

- ¿Por qué trataste de defenderme?

- Porque pienso que eres capaz de cambiar- confesé.

- Estoy muy dañado Sofía, no puedo cambiar- su voz era triste y cansada.

- ¿Entonces porque no me has matado aun?- sonrió un poco.

- Regresa al castillo estas muy alterada y asustada, mañana hablaremos de esto- se puso de pie y me ayudo.

- A la misma hora de siempre- le recordé y por primera vez en toda esa semana, me desaparecí con mi hechizo frente a él.

No había querido hacerlo porque esa sería una gran ventaja para él, podría entrar y salir como le plazca al colegia. Pero luego de que no me matara sentía que podía confiar en él.

Aparecí en la entrada de hogwarts, no había casi gente así que me apresure a entrar, fui al jardín y me senté en el césped para que si alguien me buscaba fingir que había estado ahí, funcionaba demasiado bien.

Pasaron algo de 20 minutos antes de que alguien se me acercara, no era quien habría deseado pero ver una cara amigable era bueno.

- ¿Cómo esta mi Potter favorita?- se sentó a mi lado Peter y me ofreció una rana de chocolate.

- Gracias- dije recibiendo el dulce- estoy bien y ¿tu?- pregunte mientras comía.

- Algo estresado con la escuela y eso- se quejo.

- Vamos Pet es fácil- lo anime- aparte que si quieres ayuda esta Remus, Lily y yo.

- Si, pero igual me estreso- se rió un poco.

- ¿Y donde están los chicos?- era raro verlos solos.

- Sirius debe de estar coqueteando con Marlene, Remus está estudiando con Lily, se han vuelto muy cercanos y pues James dijo que tenía asuntos- pero qué cambios habían pasado ahí.

- Es raro, Sirius lleva molestando a solo una chica que es Marlene y que hace James en vez de estar con su novia, no es que sea malo pero él jamás se despega de ella.

- ¿Qué novia?- preguntó Peter confundida.

- Lily la pelirroja- su expresión cambió a asombro- espera, ¿ya no son nada?

- Lo dejaron porque James estaba inseguro- lo mire extrañada e hice una ademan para que continuara- decía que sus gustos eran otros, lily se lo tomó bien y son amigos.

- Ósea que le gusta otra chica- deduci.

- No- se rio- Creo que ya no le gustan las chicas.

Nuestro pequeño secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora