11.-Alyeska: Te infinito, peligro

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⚠️Final del maratón⚠️


Me pesa el alma. Eso es lo único que puedo pensar hasta que veo los ojos de Vanya clavados en mi. ¿Ahora qué? Pestañeo lentamente, con la visión borrosa. Gimo de dolor y él se ríe, abriéndome los ojos por completo.

—Querida medusa, buenos días. ¿Qué tal has dormido?—No dice nada más, ni siquiera se mueve, pero un movimiento sutil a mi derecha hace que gire el cuello aunque me duele como mil demonios. Ryker. Parpadeo deprisa intentando quitar la capa de legañas de mis ojos porque es imposible. ¿Ryker?—Ah, sí. Tenemos visita, por cierto. ¡Sorpresa!—Chilla Vanya pero no puedo volver la mirada. Estoy totalmente embobada mirando a Ryker, que simplemente mira hacia su regazo. ¿Está aquí? Tiene que estarlo porque Vanya lo ve. A no ser... A no ser que esté soñando y desde luego esto se parece mucho a lo que sería mi peor pesadilla. Intento moverme pero las cadenas me tiran, despertando tantos focos de dolor que soy incapaz de moverme. —No intentes moverte, estás bastante débil. ¿Es que no piensas saludar a tu querido?—Tengo que ser inteligente. Si de verdad es Ryker... ¿Por qué está aquí? —Oh, me esperaba algo más. ¿Es que no lo reconoces? ¿Ya te has olvidado de él? Tu amor sí que es volátil... Sabía que olvidarías rápido a Vanko porque lo considerabas trabajo pero a Ryker... Auch, que dolor, ¿no?—Lo conozco lo suficiente como para saber que se está mofando pero todo lo que mi cabeza puede hacer es barajar dos opciones y ninguna me gusta. O me ha traicionado o está aquí para salvarme. Ninguna buena. Ninguna lo mantiene a salvo, ya sea de Vanya o de mi. Sea como sea, sé lo que busca Vanya.

—¿Para qué me despiertas?—Pregunto girando la cabeza para dejar de mirar a Ryker y centrarme en Vanya.

—¿No te he dejado claro que yo puedo hacer lo que quiera contigo? ¿No estás contenta? ¡Este reencuentro es muy esperado! ¿No? ¿No me decías que él te había enseñado a querer?

—Ajá. A querer venganza. Debí matarlo cuando tuve la oportunidad. Igual que con Vanko.—Vanya mueve las aletas de la nariz, algo enfadado y se levanta de su butaca para acercarse. Sus pasos son cortos pero eficaces. Me acaricia las manos y me sonríe.

—¿Te haces la dura? Creo que te interesaría saber que Ryker ha venido para negociar. Quiere venderte como a una sucia esclava a algún jeque árabe. ¿Eso entraba dentro de tu gran historia de amor?

¿Entonces, me ha traicionado? ¿De verdad? No puedo mirarlo, no, no puedo caer.

—Seguro que el jeque árabe me alimentaría como dios manda. No me parece un mal trato, deberías aceptarlo, Vanya.

—Ah no.—Se ríe y me acaricia el cuello ahora, justo donde tengo un corte, el que me provocó él mismo. Pierdo la cuenta del tiempo que llevo, pero diría que llevo aquí una semana. Solo una semana y se siente una eternidad.—Ya le he dicho que eres mía y no te voy a compartir. Dentro de poco será oficial, serás una Kravchenko.

—Nunca.—Almaceno saliva y le escupo en la cara, aunque solo le causa una risotada que retumba por la habitación.

—Ya lo veremos. Veremos como te mantienes tan orgullosa cuando mi hijo crezca en tus entrañas. Veremos como ese orgullo ruso tan inquebrantable se hace trizas con cada vez que te meta la polla hasta hacerte llorar.

—Siempre fuiste un romántico, eh. ¿Para qué traes a ese gilipollas? ¿Para qué mire o necesitas mirarlo tú para poder violarme? ¿Se te pondrá dura sin un hombre delante o necesitarás ayuda?—Ahora soy yo quien se ríe, pero me dura poco porque me da un puñetazo en la boca. Me gira la cara hacia Ryker, que mira atentamente conectando sus ojos con los míos. ¿Le importo? ¿Alguna vez lo hice? ¿Algo fue real? Ahora más que nunca lo dudo todo. Ahora más que nunca dudo de si realmente le dolió dejarme en el accidente de coche, o si sus besos realmente querían matarme o no. Quizás nunca me llamaba por mi nombre para no implicarse, para que fuera trabajo. Probablemente me confundí, simplemente lo confundí todo. Desesperada por alguien a quien aferrarme, alguien que frenara mi velocidad. Levanto el dedo corazón y se lo saco a Ryker, que me mira las manos y traga saliva.

Smutno ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora