Sé que le ha llegado la noticia. Sé que le ha dolido. Sé que ahora mismo debe estar, probablemente pagándolo con Ryker. Me siento con el portátil encima de mis piernas, absolutamente sola en la habitación, con las sábanas por todas partes. No voy a fallar esta vez porque tengo ventaja. Sé lo que quiere y como putearlo, lo crea él o no. Incluso yo he podido colarme en el registro civil de Madrid para confirmar que Matis vive ahí, o que como mínimo sigue empadronado en la ciudad. En efecto, positivo. Sigue ahí así que no me extrañaría que Vanya esté con él. Alguien pica a la puerta y pasa deliberadamente. Me sorprende ver a mi madre y a mi padre juntos porque normalmente me abordan por separado.
—¿Crees que podamos hablar un poco?—Como no, quien primero habla es mi padre, como si yo fuera a morderle o algo. Asiento una sola vez y aparto el portátil. Ambos siguen con la mirada mis manos, preocupados, lo sé.—Queríamos saber como te encuentras psicológicamente.
—Os preocupa que pete.—Traduzco y ambos sonrien.—No tenéis nada que temer, yo no soy mamá, no voy a empezar a dar tiros.
—A mi siempre me ha gustado más el cuchillo.—Protesta ella y yo asiento.
—Ya, a mi también, pero un buen fusil realmente tiene mucho que...—Mi padre levanta un dedo, cortándome la frase.
—Queremos hablar de Ryker.—Los dos me miran con cuidado, como si el simple hecho de decir su nombre fuera a colapsarme. y lo entiendo porque la yo de siempre, lo haría. Quizás me en el hecho de que me traicionó demasiadas veces y fingiría que no siento lo que siento, pero en el momento en el que estoy dispuesta a convertir la vida de Vanya en una puta pesadilla por él no puedo simplemente ignorarlo.
—Está bien.—Digo sin más y me encojo un poco para dejarles sitio en la cama. Ambos se sientan sin mirarse pero sin soltarse una mano.
—No queremos que cometas los mismos errores que nosotros.—Aclara mi padre.
—No pienso quedarme embarazada, ni perder a un hermano.—Hago una pausa porque sé que Kolia debió ser una gran persona si después de tantos años ambos aún le echan de menos.—No estoy ciega y no soy tonta, sé que me enfrento a algo grande. No voy confiada pero...
—Pero sí.—Termina mi madre mirándome fijamente. Pues sí. Voy confiada porque si en algo nos parecemos es en que las dos somos orgullosas y quizás nos creemos mejores de lo que somos. Sonríe y suspira, como si le costara decir algo.—Ryker te quiere.
—Y yo a él.—Me cuesta reconocerlo en voz alta así que sé que les he sorprendido.—Sé por donde vais. No voy a dejar que mis sentimientos me nublen. Mi prioridad es sacarlo de ahí. —Esto es algo que tengo claro y también que quizás los sentimientos de Ryker hayan cambiado si es que alguna vez han sido reales. Aún no puedo librarme de la parte de mi que prefiere no creerlo y buscar mil excusas para echarlo de mi lado.
—Queremos lo mejor para ti.
—Ryker es lo mejor para mi, creo. Me hace frenar, creo.—Tampoco sé como explicarlo pero siento que mi madre lo entiende porque asiente al momento.
—Está bien. Entonces, solo hay que esperar a que Vanya contacte, ¿no?
—No sé si esperar a que contacte porque realmente son horas o días que estará torturando a Ryker.
—¿Estás segura de que está en Madrid?—Mi padre me mira, con preocupación, con la frente llena de arrugas y los ojos tristes. Asiento una sola vez y agacho la cabeza.
—Casi al cien po cien.
—Me gusta Ryker.—Dice al final.
—Lo sé. Le contaste vuestra historia, ¿verdad?
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Smutno ✔️
RomansaSegunda parte de Sehnsucht. "Mi Rusia me enseñó que todos somos el villano en la historia de alguien y que aunque no me suele importar serlo en historias ajenas, me cortaría las manos por no serlo en la suya." "Alemania me partió el corazón, me trai...