17.1-Alyeska: Sin mentiras

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Madrid, España, aeropuerto de Barajas


—¿Cuánto más van a tardar?—Pregunta Kolia aburrido, jugando con los rizos de Ginny. —Tardan más que Ginny arreglándose.

—Cállate paleto.—Se defiende ella mientras todos reímos. Verlos juntos es todavía raro, pero de alguna manera encajan. Mi madre tampoco lleva bien la espera, porque se muerde las uñas disimuladamente mientras la tía Camile le golpea las manos quejándose de que luego será ella quien se las tendrá que arreglar. El tío Sergei y mi padre están tensos, imagino que porque ahora es mucho más real que hace diez horas. El aeropuerto está lleno, imagino que de turistas porque España es un gran destino turístico y Madrid tiene de todo siendo la capital. Salvo playa, dice mi madre. Ella y el mar. Suspiro impaciente mirando la información del vuelo de los Eisenhardt que en teoría ha aterrizado hace más de veinte minutos.

—¿Y si te han dejado tirada?—Pregunta Ekaterina por lo bajito.

—Pues lo tendremos que hacer solos.

—Menuda mierda de padres.—Justo lo que yo opino pero no lo digo porque nadie necesita cargar con mi mierda más de lo que ya lo hacen. Los miro a todos, dispuestos a abandonar su vida, sus rutinas y estabilidad solamente para recuperar a la persona a la que quiero y mi corazón se encoge un poco de felicidad. Quiero esto para Ryker. Quiero que pueda sanar rodeado de gente que lo quiera, de gente que ha hecho lo imposible por salvarle.

A lo lejos, los veo, caminando cogidos de la mano, vestidos de manera formal y con una sola maleta plateada de ruedas. Me buscan con la mirada pero Inessa no tarda en identificarme. Levanto una mano y puedo ver el asco llegando a ser odio en el rostro del padre, que evita mirarme fijamente. Me acerco varios pasos hasta encontrarnos lo suficiente cerca como para hablar.

—Señores Eisenhardt, gracias por venir.

—Como te dije, no vengo por ti. Vengo por mi hijo.—Me dice de manera fría. Asiento una sola vez y giro sobre mis talones.

—Les presentaré a mi familia.

—¿Están aquí?—Se sorprende pero yo únicamente los señalo con la mano. El primero en sonreír es mi padre, siempre amable y siempre diplomático. Sergei y Camile también lo hacen, al igual que su hija que saluda con la mano. Mi madre... La cara de mi madre es otro mundo. —Sois muchos.

—Señores Eisenhardt, les presento a mis padres, Anya e Ilya. Los mejores amigos de mis padres y mis tíos, Camile y Sergei, padres de mi mejor amiga y la amiga de Ryker, Ginny. Estos son mis hermanos, Kolia, Ekaterina y Misha.

—Un placer conocerle, señor Eisenhardt. Su hijo es muy apreciado en mi familia.—Mi padre se adelanta, soltando a mi madre, que los mira fijamente. Yo no sé como pero ella parece siempre notar cuando alguien está lleno de mierda, como si fuera un perro. Le tiende la mano y el padre de Ryker solo la mira, sin estrechársela.

—Tan apreciado no será cuando siempre que está cerca de su hija termina secuestrado.—Trago saliva incómoda porque una cosa es que sea maleducado conmigo y eso lo acepto, pero con mi familia... Estoy a punto de saltar pero mi madre me coge del hombro.

—Un placer conocerle de todos modos.—Sonríe ella y me susurra al oido que no es el lugar. A la mierda el sitio. A la mierda a quien le haga un feo así a mi padre que es literalmente la mejor persona que conozco en el mundo.

—Держите свою собаку под контролем, потому что я не в настроении к грубым людям.—Lo digo en voz alta, a sabiendas que todos me entenderán, sobre todo Inessa. Le recuerdo que mantenga a su perro callado porque no estoy de humor como para groserías y ella le acaricia el brazo a Jonas, como si fuera una advertencia.

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