Capitulo 2

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AMIRA...

Levanto mi cabeza para acabar con la reverencia. Una vez recta mis ojos conectan nuevamente con los ojos verdes del príncipe, mi prometido.

Su color es tan intenso que parecen esmeraldas, son fascinantes.

—¿Me permite esta pieza, bella dama?— Me pregunta el príncipe sacándome de mis pensamientos.

—Claro— Contesto Cortez.

Agarra mi mano y nos encaminamos a la pista de baile.

Una melodía suave inunda el lugar.

Bajo mi espalda para hacer una reverencia al igual que el, cuando nos incorporamos nuevamente, unimos nuestras manos y caminamos unos pasos, para minimizar la distancia.

Su mano se coloca en mi cintura y la otra sobre mi mano. Mi mano sujeta la de el y la otra la coloco en su hombro.

Empezamos a mover nuestros cuerpos al compas de la música.
Una, dos, no se cuantas canciones bailamos más, pero si se que mis pies duelen.

—¿Te gustaría tomar un poco de aire fresco?— Pregunta Isclo, el príncipe de ojos verdes.

—Por favor— Pido, necesito sentir el aire sobre mi piel.

Salimos sigilosamente al pasillo, tratando de que nadie nos mire.

Veo como Isclo me hace una seña con sus manos y se echa a corre por el amplio pasillo. No me queda mas opción que seguirlo.

Nos dirigimos a mi habitación, una vez ahí nos vamos al balcón.

La brisa remueve mi cabello rojo, dándome una sensación de paz. Tomo una exhalación profunda, llenando mis pulmones de vida.

Pero una rara sensación llega a mi, un malestar se siente en mi pecho.

Abro mis ojos para encontrarme con los verdes de Isclo, los que me confinan que el también siente esta sensación.

—¿Lo sientes?— Me pregunta a la defensa.

—¿Que es?— Pregunto con curiosidad.

—Mundanos— Contesta con un tono repulsivo.

¿Mundanos? ¿Esta sensación la crean ellos?

—Tenemos que avisarle a los demás— Isclo me dice y se da media vuelta en dirección a la puerta.

Tomo su brazo antes que se vaya.

—¿Eso que es?— Le pregunto, apuntando con mi mano unas luces rojas que se ven a lo lejos, pero muy cerca del reino.

Veo como la tranquilidad de Isclo desaparece.

—Escucha lo que vamos hacer, bonita— Isclo habla, cogiendo mi cara con sus dos manos. Mi corazón se acelera por su acción —Buscaras a la reina y le informaras sobre esto— Asiento, entonces se separa de mi.

—¿Y tu que harás?— Le pregunto confundida.

—Esto no es bueno, debo de preparar a los nobles para lo que se aproxima— Sus palabras me confunden mas, pero no tengo tiempo de preguntar mas ya que Isclo a desaparecido.

Me quedo procesando unos minutos, hasta que decido ir en busca de mi madre.

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Gracias por leer ❤️

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