Capítulo 17

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BLAKER.

Cierro mis ojos frustrado.
Me jode el no encontrar algo útil sobre Luz dorada.

Estos libros antiguos no son nada sin los demás, los cuales desaparecieron hace un siglo porque los mundanos los robaron.

Mi sospecha es que Eden tiene acceso a estos ya que sabe demasiado de luz dorada y es la única forma que existe de enterarse y saber sobre esta.

—¡Nada! No hay nada en estos inútiles libros— Masculla Isclo enojado y frustrado.

—Algo debe de ver, algo que no estemos viendo— Digo con fe, aunque ganas de morirme no me faltan, me siento inútil sin saber nada.

—He leído esos viejos libros de pies a cabeza, de atrás hacia delante y no hay ¡NADA!— Si, lo hemos hecho. Las ultimas semanas hemos revisado estos libros y no hay nada mas haya de lo básico.

Lleno de frustración aprieto las hojas del viejo libro sobre mis manos, algunas se arranca y caen al suelo.

¿por que es tan difícil encontrar información sobre nuestra perdición?

No lo se...

—Blaker— Me llama Isclo, probando que lo mire. Sus ojos están fijos en el suelo donde están las hojas arrancadas del libro.

Mi boca se abre y me dan ganas de llorar por la maldita emoción.

No se como esas hojas se acomodaron a tal punto de formar un párrafo.
La profecía...

Esta ahí frente a nosotros.

—"Y cuando el decimo milenio llegue, con el, el fin de las criaturas mágicas vendrá. Y cuando Luz dorada nazca la traición arrastrara. Así desatando el fin de su especie a manos del tanto amor jurado por aquel amado caballero vengado, despertando a la bestia dormida en la oscuridad"— Leo en voz alta.

Nos sumimos en un gran silencio para poder procesar lo que acabó de leer, hasta que una voz habla.

—Vaya profecía tan mierda ¿no creen?— Una voz en nuestras espaldas nos interrumpe. Me giro para encontrarme con Eden de pie al otro lado de la habitación con una sonrisa burlona en su rostro.

—Mierda tú— Susurro irritado.

—¿Que mierda haces aquí?— Le pregunta Isclo enojado.

"Mierda" nuestra nueva palabra favorita, si.

—Iba caminando de lo mas casual por el pasillo, hasta que los escuche hablar. Escuche el inicio de la profecía, así que decidí entrar a chismear— Contesta restándole importancia.

—¿Así que ya sabias cual era la profecía?— Le pregunto molesto.

—¿Ustedes no?— Contesta burlón.
Aguanto mis ganas de romperle el cuello e inhalo para mantener mi paciencia.

—¿No nos pudiste habérnosla dicho?— Le pregunta Isclo con su mandíbula apretada, también esta aguantando sus ganas de matar al mundano inútil frente a nosotros.

—Yo no soy quien los deja a un lado, mientras investigo solo por desconfianza— Se limita a contestar, mientras camina hasta un pequeño sillón frente a nosotros y se sienta.

Sube sus dos pierna sobre una pequeña mesa que tiene unos cuantos libros antiguos encima y pone sus dos manos atrás de su nuca, de lo mas relajado.

—Cambiando de tema ¿no les parece un poco pocha esa profecía?— Vuelve a preguntar, provocando que gire mis ojos —Digo, digo para ser el fin de su especie esta re fea. No es por ofender pero sus ancestros era un poco carentes de imaginación y creatividad— Isclo lo ignora completamente y yo intento hacer lo mismo.

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