Capitulo 5

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AMIRA DARCY...

—¿Que crees que haces?— Le pregunta el hombre de la antorcha a Eden.

—Lo que quiero y puedo— Dicho eso, Eden atraviesa el pecho del mundano de la antorcha acabando con su vida.
El cuerpo de este cae al suelo en un ruido sordo.

El ambiente se sume en un gran silencio, en el cual solo se escuchan los quejidos míos y de Blaker por el dolor que provoca la red.

Eden se gira en nuestra dirección, una sonrisa macabra aparece en sus labios antes de caminar hacia nosotros.

Cierro mis ojos cuando veo que alza su espada, espero el impacto del acero sobre mi piel, pero lo único que logro sentir es libertad, como un peso menos.

Eden a cortado la red mágica con su espada y me pregunto como. La red estaba hechizada por lo tanto para poder romperla esa espada debe de tener mas poder.

—Ya están a salvo— Dice Eden, mientras se arrodilla frente a mi. Su mano se posa en mi mejilla, creando una chispa en mi interior.

—¿Me recuerdas?— Pregunta con una sonrisa y claro que lo hago. Es el, el niño que salve aquel día.

No se que hacer o como reaccionar...

Blaker se mueve en mis brazos, provocando que lo observe.
Su cara esta siendo adornada por venas negras, sus brazos están repletos de estas.

—Eso es muy malo— Dice Eden mientras se acerca mas a mi, su vista esta fija en Blaker.

—Ayúdalo, por favor— Le pido, en un susurro.

—Dale la vuelta—Me ordena y lo hago, giro su cuerpo dejándolo boca abajo.

Su ala herida esta negra y seca, mientras la otra pronto lo estará también si no hacemos algo.

—Tengo que cortar esta ala desde la raíz— Dice Eden.

Me siento terrible por aceptar, se que esto le paso por mi culpa, pero si no lo hace morirá. Se que sin su ala ya no sera igual. Su poder desaparecerá, no podrá volar más y perderá toda su fuerza.

Pero es mejor eso ha que muera.

Cierro mis ojos con todas mis fuerzas, cuando veo a Eden acercar su espada a la ala rota de Blaker. Cuando esta la corta un grito sale de sus labios.

Mis mejilla son invadidas por grandes lagrimas que salen de mis ojos.

Cuando abro mis ojos, veo a Eden lleno de sangre azul y su espada igual.

—Con eso podrá sobrevivir, pero necesita descansar ¿Tienen a donde ir?— Me pregunta, gran parte de mi ser me exige no decirle nada y tratar de alejarme de el, pero la otra se niega.

—Si, a una cabaña cerca de aquí— Digo recordando el camino de la cabaña.

Trato de ponerme de pie y no dejar caer a Blaker pero su cuerpo es muy pesado y no tengo fuerzas suficientes. Siento que esa red me la ha robado toda.

Eden se acerca a mi y toma a Blaker como si nada y lo sube sobre su hombro.

—No, no es necesario— Digo viendo sus intensiones —Ya nos has ayudado mucho por hoy.

—Déjame ayudarlos una vez mas— Me dice y a pesar de todo lo que me han advertido, acepto. No puedo darme el gusto de negarme, no esta vez.

Asiento con mi cabeza mientras empiezo a caminar en dirección a la cabaña.

[....]

Quiero gritar de la emoción cuando visualizo la cabaña.

Apresuro mi paso, cuando mis pies tocan la madera de la entrada se siente bien, demasiado bien.

Corro y abro la puerta para que Eden pueda meter a Blaker a ella.

Cuando ambos estamos adentro enciendo las luces, que iluminan todo. La sala de estar es preciosa y enorme.

Eden parece admirarla.

—Por aquí—Lo llamo mientras lo dirijo a una de las habitaciones para que acueste a Blaker en una de las camas.

Entro a la primera habitación que encuentro. Me adelanto para acomodar la cama, antes de que Eden deje ahí a Blaker.

Cuando este lo pone sobre ella, le quito sus zapatos y lo arropo.
En silencio salgo de la habitación junto a Eden.

Los dos nos quedamos ahí de pie, en silencio, sin movernos, sin decir nada.

Y por unos minutos eternos nos mantenemos así.

—Si me permites, podría quedarme esta no...

—No— Respondo antes que termine lo que iba a decir —No, digo... ya has hecho mucho por nosotros.

—Podrían volver a atacarlos— Dice erizando mi piel, pero me niego a aceptar.

Además aun no confío en el.

—Gracias, pero no— Me niego y al ver mi cara decidida asiente, aceptando.
Lo acompaño hasta la puerta de salida, para que se marche.

—Si necesitas algo no dudes en llamarme.

—Gracias— Digo cerrándole la puerta en la cara.

Eres una grosera, me regaño mentalmente.

Pero así es lo mejor, a ver si no vuelve mas

Arrastro mis pies hasta una de las habitaciones y me lanzo a la cama. Necesito descansar.


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Gracias por leer ❤️

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