Capitulo 6

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Un golpe sordo hace que me despierte.

Pestañeo varias veces para quitar el aturdimiento que me ha provocado el sueño.

Rápidamente salgo de la cama y me encamino a la puerta de la habitación, cuando salgo al pasillo, veo un bulto en el suelo. Me paralizo unos segundos hasta que veo que trata de Blaker.

¿Que hace en el suelo?

Corro en su dirección y me arrodillo junto a el.

—¿¡QUE HACES!?— Le pregunto preocupada.

—Tengo que protegerte, princesa— Responde con un hilo de voz.

—¡Por Dios, Blaker! ¿Si notas en el estado que estas? — Odio que sea tan terco.

—Lo se, pero él...— Se desmaya antes de terminar lo que iba a decir.

¿Y ahora que hago?

Maldigo por lo bajo y trato de levantar a Blaker, debo de llevarlo a la habitación para que descanse.

Lo levanto como si nada y me sorprendo.

¿Como hago esto? Su cuerpo sobre mis brazos es como una pluma.

O estoy mamadisima o Blaker no ha comido en meses.

Sorprendida por lo que estoy haciendo llevo a Blaker a su habitación. Cuando llegamos ha esta, lo acuesto sobre su cama y lo arropo.

—No te vuelvas a levantar— Le ordeno en un susurro.

—¿Como lo hiciste? — Una voz pregunta a mis espaldas, espantándome.

Asustada me giro rápidamente.

—Ohhh, tranquila— Dice Eden, poniéndole atención a mi mano. La cual se encuentra dorada.

¿Que esta pasándome?

—¿Como haces eso?— Vuelve a preguntar el masoquista.

Si, masoquista. Le gusta que sea grosera con el.

—¿Me creerías si te dijera que no se?— Rio nerviosamente. Provocando que Eden me mire por unos largo y eternos segundos.

—¿No lo sabes?— Me pregunta mientras eleva una de sus cejas.

—No— Contesto y empiezo a caminar en dirección a la salida de la habitación. No quiero despertar a Blaker.

Ambos salimos de la habitación sin decir nada.

—¿Como lograste entrar?— Le pregunto cuando llegamos a la sala de estar.

—Trucos— Me responde mientras se encoje de hombros.

—¿Trucos?— Pregunto confundida.

—Eso no es lo importante ahora, Pulchra puella— Contesta.

"Linda chica."

—¿Sabes latín?— Pregunto con curiosidad.

—Si, una vez una hermosa chica me dijo algo en ese idioma y desde entonces lo aprendo para un día poder decirle que ella también es hermosa— Me congelo de pies a cabeza.

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