Capitulo 12

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Narra Duvan

Tardamos dos días en llegar porque el refugio estaba fuera de la ciudad y dentro de las montañas, después de un montón de curvas muy peligrosas..

El refugio era una cabaña con un pequeño jardín. No había mucho más que describir.

A pesar de su aspecto antiguo, el suelo tenía sensores y habían cámaras.

Era perfecto para escapar unos días, solo Johnson y yo sabíamos de su existencia.

Nos acomodamos todos en cada habitación.

Después de comer Johnson y yo fuimos a entrenar mientras Diana nos observaba sentado en las pequeñas escaleras que se situaban en la entrada de la casa.

Solo os voy a contar un poco para no aburriros.

Una de los momentos más interesantes fue cuando Johnson se dirigió hacía mi, le bloqueo y le doy con la espada de madera en el costado. Se cayó al suelo por el golpe.

—Estás flojo, no te veía así desde hace tiempo— dije con ironía.

—¿Eso crees? Ya verás que no.

Vino hacía mi pero me eché a un lado y le di en la barriga y en la espalda con un movimiento rápido.

De la nada apareció un coche gris, otro todo—terreno con las lunas tintadas.

—Johnson estate atento, no creo que sean amigos.

Pero para sorpresa mía y de todos el conductor era Karen, me sentí aliviado pero me preguntaba que hacía aquí.

—¿Cómo has sabido que estaba aquí?—pregunté yo incrédulo.

—Pues un día que nos acostamos aquí ¿No lo recuerdas?—me contestó.

—Eso es un golpe bajo—dijo Johnson irónicamente.

—¿Qué ha pasado para que vinieras aquí?—pregunte otra vez yo.

—Hubo una reunión de la secta y yo estaba en contra de matarte— contestó Karen.

—¿Te han seguido?—esta vez fue Johnson quien preguntó.

—No.

Karen vio a Diana, se saludaron, fue un saludo frío, se miraron y parecían que se iban a dar golpes.

¿Se llevarían mal o bien?

Entramos en la casa a cenar, empezaba a hacer frío y una niebla densa se acercaba poco a poco.

El arte de matar y de amar II (ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora