El ABC del amor【TodoBaku】

G

—G de me gusta estar contigo

La habitación de Katsuki era un santuario sagrado. Todos podían escuchar las peleas que solía tener con su grupo cada que querían entrar sin permiso del rubio.

—¿Quién te crees maldita rata eléctrica en tocar eso? ¡Y tú, pelos de mierda si llegas a manchar la alfombra te matare!

Era claro que cuando Kirishima, Kaminari, Sero y Ashido se juntaban con Bakugo solo era una combinación hacia el bullicioso desastre que se avecinaba, sin embargo esos cuatro eran los únicos lo suficientemente valientes como para atreverse a molestar a Katsuki sin temerle a la muerte próxima

Y luego se encontraba Todoroki Shoto, otro suicida quien se dirigía a la habitación de Bakugo Katsuki, quien espero frente a la puerta a pesar del bullicio dentro y tras unos segundos se atrevió a tocar.

Un silencio sepulcral inundo la habitación antes de que se abriera la puerta de golpe y salieran a trompicones Ashido, Kirishima, Sero y Kaminari.

—¿Te quedaras ahí o entraras? —gruño el rubio solo para escuchar unas risitas a un lado, por supuesto su reacción fue instantánea y Todoroki pudo observar como el rostro de Katsuki se giró tan rápido para mirar mal a sus compañeros.

—Tch desde que se ha liado Kacchan se ha vuelto aburrido — soltó Kaminari con molestia fingida solo para hacer rabiar al rubio.

Bakugo gruñó.

—Vamos chicos hay que dejar a la parejita sola —declaro Mina llevándose a los chicos no sin antes guiñarle un ojo a Katsuki quien bufo —Y recuerden no sobrepasarse que mañana tenemos práctica —Todoroki asintió sin darse cuenta de la implicación de sus palabras. Bakugo por supuesto se había puesto tan rojo como una remolacha.

—¡Tu! ¡Pero qué diablos te...!

—Vamos —le interrumpió Todoroki quien le tomo de la mano e insto a entrar junto con él.

—Tch —chaqueo la lengua mientras murmuro un bajo pero audible; "Esos bastardos... me las pagaran"

—Parecían estarse divirtiendo —declaro Todoroki sin ápice alguno de iniciar alguna discusión, simplemente señalo lo que muchos hubieran advertido como pasárselo bien.

Bakugo volvió a chasquear la lengua para dirigirse a la cocina y traer algo de comer, mientras empezaban con el trabajo. Porque eso era lo que iban a hacer esa noche. Bakugo ya les había mencionado al grupo de idiotas que tenía como amigos que tenía algo en la tarde con Todoroki cuando le invitaron a ver películas en la sala comunal.

Obviamente los chicos empezaron a molestarlo.

—Es solo tarea —afirmó restándole importancia, y era verdad solo harían la tarea de cálculo.

—Ya que ahora Todoroki será uno de nosotros creo que va viniendo la hora de la charla —habló Kirishima, quien se encontraba sentando, tenía una mirada pensativa, Ashido asintió con una mano en la barbilla.

—Es verdad —al fin hablo Ashido con una mirada que le recordó por un momento al de su madre— Sin importar lo guapo que este Todoroki, no puede venir así de la nada llevándose a nuestro bebe del nido sin conocer a sus padres —afirmo levantándose de su lugar con una mirada llena de determinación.

—¿Qué bebé? ¿De qué demonios hablas? ¿Acaso ya te pego lo estúpido Kaminari de tanto juntarte con él?

—¡Oye! —se quejó Kaminari quien se encontraba sentado en la alfombra a un lado de las piernas de Ashido.

Por supuesto nadie le hizo caso, Ashido en cambio miro directamente a los ojos a Bakugo y le señalo con el dedo —¿De quién hablamos? ¡De ti por supuesto blasty! ¡No solo eres el líder de nuestro grupo sino el bebé! Por lo que es natural que siendo los suegros queramos conocer al pretendiente de nuestro pequeño —respondió tan casualmente con una sonrisa brillante como si fuese un hecho de conocimiento general lo que había soltado de golpe.

Kirishima asintió animado por las palabras de Ashido, ciertamente había algo en esa chica que le hacía correr hacia el peligro, algunos lo llamarían valentía, otros más estupidez.

Bakugo Katsuki se inclinaba más por lo segundo.

—Cierto, cierto —apoyó Kaminari— Además —su rostro reflejaba absoluta seriedad— Debemos cuidar que llegues puro hasta el altar o tu madre nos matara.

Por supuesto las palabras dichas en broma no logro entenderlas Kirishima Eijiro quien se había levantado a su asiento para tomar las manos de Bakugo.

—Eso es verdad, como un hombre de verdad no podríamos simplemente romper la confianza de tu madre por eso Blasty

Antes de dejarle terminar una explosión directo en su rostro se hizo escuchar.

—¡Ni una mierda! —grito terriblemente irritado.

Sero quien se encontraba sentado en la silla frente al escritorio suspiro con una sonrisa perezosa, Ashido soltó un par de risas antes de que estallara en una carcajada junto a Kaminari. Kirishima en cambio no sabía que estaba pasando.

Y no hubo tiempo de explicaciones porque Bakugo empezó a correrlos. Y eso fue lo que había iniciado el bullicio de hacia minutos atrás.

Todoroki se sentó en seisa frente a la mesita cuadrada de en medio. Como de costumbre el silencio era lo único que reinaba en la habitación. Siempre que estaban los dos solos era así y no pudo evitar sentirse un poco incómodo.

El también deseaba poder hacer feliz al rubio. Así como sus amigos lo hacían.

Bakugo regreso con un plato de galletas de arroz y algo de té.

Sentándose enfrente observo a Todoroki quien no había pronunciado palabra alguna.

Bakugo chasqueo la lengua.

—¿Qué sucede? —preguntó sin rodeos.

Todoroki le miro finamente. Su rostro permaneció inexpresivo al igual que su voz.

—¿Soy alguien aburrido?

—¡¿Ha?! ¡¿Qué rayos!? ¡Por supuesto que lo eres! —La mirada de Todoroki descendió hasta quedarse fijamente en sus manos debajo de la mesa— Pero eso me gusta de ti —Todoroki alzo la mirada, Bakugo tenía el entrecejo frunció— ¡Joder! —exclamo con irritación— ¡Todo el tiempo esos tipos son tan ruidosos y no sólo ellos sino ese grupo de extras!

Mordió de mala gana su galleta de arroz. Todoroki sin darse cuenta rio.

—¿¡Ha!? ¿¡Te estas burlando de mí!? ¡Si tienes tanto tiempo de hacerte el tonto terminemos con esta mierda!

Todoroki asintió con una sonrisa en los labios y abrió el libro en la página marcada.

—Katsuki —le llamo en un susurro— A mí también me gusta estar contigo.

Tal vez fue el hecho de que se encontraban los dos solos en su habitación, o el ambiente que se había formado tras su pregunta, o el tono de su voz, o simplemente porque era él quien lo había dicho, pero en ese momento Bakugo no pudo evitar sonrojarse por completo.

—¡Idiota! ¡No digas estupideces! —soltó de mala gana desviando la mirada tratando de ocultar su vergüenza, nuevamente Todoroki rio.