El ABC del amor【TodoBaku】

U

—U de unidos somos una fuerza imparable.

—Creo que hacemos un buen equipo —Todoroki seguía observando la luna desde el balcón de su ventana, Bakugo, quien se encontraba a un lado de él no dijo nada, su semblante se encontraba tranquilo, y el mutismo de su pareja no mermo el impulso de seguir hablando de Todoroki— A decir verdad nunca creí que eso pudiera pasar.

—Dímelo a mí —impulsivamente contesto Katsuki, sus palabras para cualquier otro hubieran sonado a un insulto, una forma de cerrar el tema en ese mismo instante, pero Todoroki no percibió algún sentimiento negativo en ninguna de sus silabas, por ello se permitió sonreír encontrándose de acuerdo con su respuesta.

—Fue inesperado. Si alguien me lo hubiera dicho antes hubiera jurado que es una locura.

—¿Ha? ¿Qué con esa mierda reflexiva? Solo ve al grano, joder.

Esta vez Bakugo le observo, su entrecejo se había fruncido. Si hubiera imaginado que su novio se pondría en un plan reflexivo sobre su relación hubiera aceptado ayudar a Kirishima en lugar que a él.

Aunque Bakugo comprendía el punto de Todoroki, porque él mismo a veces pensaba sobre ello; en como los dos habían llegado a esa situación. Después de todo cuando se encontraron en medio del periodo de citas nada cambio, si bien imagino que sería incomodo, y que aquello que él juraba no era amistad se iría a la mierda no fue así, todo había encajado con tanta natural que se sintió extraño.

En cambio los momentos donde ambos se vieron pasando el peor de sus ratos se esfumaron dándose cuenta que mayormente esa incomodidad se debía a su terquedad al reconocer que muy en el fondo compartían un mismo anhelo.

Eran, por supuesto una pareja dispareja, Todoroki Shoto podría definirse como la representación de la calma, mientras Bakugo Katsuki era más una fuerza de la naturaleza que arrasaba todo lo que estuviera en su camino.

Las probabilidades de que alguno de los dos se hubiera llevado bien eran por supuesto escasas, aún más que se hubieran enamorado.

Sin embargo sucedió.

Bakugo no era del tipo que se lamentaba sobre la situación que se le pusiera enfrente, era de armas tomar, podría sentir enojo e ira al reconocer su propia debilidad, sin embargo esa misma rabia la enfocaba para superarla.

El amor, por supuesto no estaba en sus planes, en sus ojos seguía vigente como una llama que no dejaba de arder con fuerza el sueño por el que creyó había sido bendecido con esa peculiaridad fuerte.

El deseaba ser como ese hombre. No. Él deseaba ser mejor que ese hombre.

Y lo sería.

Así que, observo al amor con un simple paso para llegar a su meta, sin esperar disfrutar de esta etapa que comprendía efímera y se odiaba a si mismo por aferrarse a ella.

—Lo que quiero decir —el silencio fue contrarrestado por la voz de Todoroki, generando un escalofrió en la espina dorsal de Bakugo— Que contigo a mi lado siento que podemos hacer cualquier cosa.

Como de costumbre, Bakugo observo el rostro de su novio por unos segundos, para cualquier otro su rostro seguía siendo tan inexpresivo como de costumbre, pero Bakugo logró notar el brillo en sus ojos y la fuerza de sus palabras que subieron un decibel.

Bakugo rio.

—Pareces confiado —le sonrió con altanería, impulsando hacia atrás aun sujetando con sus manos el frio metal.

Todoroki cerró los ojos, dejo que la brisa del aire arremolinara su cabello antes de regresar la vista hacia Bakugo, quien parecía divertido, su cuerpo se había extendido hacia atrás, mientras apoyaba sus pies al frente y arqueaba su espalda, su rostro se encontraba mirando hacia arriba.

La noche era agradable, el cielo se encontraba despejado mostrando las estrellas sobre sus cabezas, las cuales brillaban de forma esplendorosa. Sin lugar a dudas una hermosa vista

Sin embargó, para él había una mejor vista, ahí a un par de pasos, sonriendo para sus ojos.

—No puedo evitarlo, siento que unidos somos una fuerza imparable, Katsuki.

Bakugo dejo de balancearse, con grandes ojos que reflejaron por unos segundos sorpresa miraron a Todoroki, solo para después soltar una enorme carcajada.

—Por supuesto que lo somos, idiota.

Todoroki sonrió satisfecho.