El ABC del amor【TodoBaku】

K

—K de los kilómetros que hemos recorrido juntos.

Todoroki se apoyó sobre sus rodillas, mientras trataba de recobrar el aliento. Bakugo había tomado un par de toallas y una de ellas se la paso. Ambos habían empezado a tener la rutina matutina que consistía en levantarse una hora antes de clases para correr por el campus. Todoroki tomo la toalla tras ofrecerle una sonrisa.

—Gracias

Bakugo chasqueo la lengua desviando la mirada, para luego dirigirse hacia la máquina expendedora. Todoroki se quedó en silencio mientras miraba la pulsera de su muñeca. Habían corrido 5 kilómetros. Guardó el registro, uno más que sumaba a los anteriores, en la pantalla se mostró una hilera de diferentes fechas con diferentes tiempos.

Esos eran los registros de los kilómetros que habían recorrido juntos.

Bakugo regreso con una botella de agua para Todoroki quien aceptó gustoso.

—Date prisa —murmuró encaminándose hacia la residencia.

Todoroki cerro la botella y corrió hacia el tomándole de la mano.

—¿Qué crees que haces?

—Solo pensé en que realmente quería tomar tu mano.

—Tch. Haz lo que quieras —profirió de mala gana.

Ambos caminaron en silencio hasta que este Todoroki lo rompió, aun apreciando la suavidad de la mano de Katsuki.

—Sabes creo entender lo que sientes cuando miras a Midoriya —Todoroki pudo sentir como el cuerpo de Bakugo se tensó y este detuvo su andar, sin embargo prosiguió— Porque cuando corro detrás de ti siento algo similar —Bakugo aún le estaba dando la espalda, en los labios de Todoroki una sonrisa honesta se formó— Siento la desesperación de poder alcanzarte. Por eso cuando al fin logró hacerlo no puedo evitar desear tomar tu mano ya que siento que si no lo hago te iras muy lejos de mí.

Todoroki sintió la mano de Katsuki removerse, solo para tomarla con mayor fuerza la suya.

—No seas idiota —murmuro Bakugo aun sin poder mirarle a la cara al sentir el calor instalarse en su rostro— No me iré a ninguna parte.

Todoroki sonrió aún más ante sus palabras y así ambos caminaron de regreso sin soltar la mano del otro.