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—F del futuro brillante que tenían por delante.

Todoroki se encontraba en silencio, sus ojos estaban fijos en la imagen que tenía al frente.

En el cielo aun nocturno se desplegaba Bakugo, usando todo su cuerpo como una herramienta más.

Un giro.

Un dobles.

Su espalda inclinada en 90 grados.

Su pierna derecha se encontraba en el aire hasta la altura de su cabeza, mientras ambas manos generaban pequeñas explosiones dirigidas hacia el frente.

Los destellos que provocaron sus ataques parecieron dentro del mar oscuro que conformaba el cielo nocturno, el destello de fuegos artificiales anunciando el inicio de alguna celebración.

El cuerpo en el aire seguía contorsionándose demostrando su exquisita flexibilidad, cuando esta vez sus piernas se encontraban arriba y su cabeza abajo mientras caía a un par de metros de caer con su mano derecha genero una explosión para impulsarse de nuevo en el aire.

La potencia del ataque ilumino los alrededores por unos segundos, como si hubiera despejado la cortina que se blandía por sobre ellos y trayendo al sol, sin embargo aquel destello no perduro y nuevamente solo se encontraba con las luces que iluminaban el patio de entrenamiento.

Todoroki permaneció en silencio, como de costumbre Bakugo se había levantado temprano aun no amanecía y se hallaba practicando. Todoroki vago por cada parte de su curtido cuerpo hasta llegar a su rostro. Esta vez en él no había ceño fruncido ni una mueca en sus labios. Su rostro se perfilaba serio y sus ojos destilaban un fuego abrazador que pudo reconocer rápidamente.

Frustración.

Todoroki mentiría si dijera que no había visto esa mirada antes. Había sido una vez antes del entrenamiento con su padre. Esta vez había llegado temprano al salón de entrenamiento y lo vio, ahí mirando a la nada a su padre en completo silencio. En ese momento no comprendió aquella mirada que estaba poniendo sin razón aparente.

Si bien Todoroki Shoto odiaba a su padre. Aun así no pudo evitar sentir una punzada dentro de sí, que con el pasar de los años pudo reconocer una mezcla entre curiosidad y tristeza cada vez que recordaba esa mirada.

Porque cuando la vio en los ojos de Bakugo tras observar a Midoriya Izuku sintió lo mismo

Bakugo se esforzaba.

Detrás de ese carácter ególatra y altanero, de todos los insultos y palabras hirientes se encontraba el esfuerzo de alguien que gritaba con todas sus fuerzas;

«Mírame»

«Escúchame»

«Reconóceme»

«¡Yo seré el héroe número uno!»

Algunos lo profirieron como un grito de guerra, y de hecho lo era, sin embargo también eran las palabras de aliento que se daba así mismo para seguir avanzando.

Bakugo braceo nuevamente esta vez usando su mano izquierda generando una explosión en el suelo. Sus piernas se encontraban rectas en el aire y su otro brazo estaba en el aire formando una perfecta "T" Su mano izquierda se juntó hacia la otra creando otra explosión.

Bakugo estaba practicando, no solo la altitud máxima en la que podía llegar en base al poder de sus explosiones. Sino el tipo de ataques que podría generar en medio del aire, previniendo una posible pelea donde no tuviera suelo firme que pisar.

Así fue como Todoroki pudo observar cómo Bakugo se perdió entre las nubes por unos segundos. Un destello familiar apareció como un pequeño punto que empezaba a crecer al estarse acercando a la atmosfera, y luego lo vio, el destello que formo su caída, sus parpados se abrieron un poco al tener ese pequeño déjà-vu, el cual le hizo doler el corazón.

Y el ruido del impacto se escuchó como un el rugido de una bestia a la que habían despertado.

A pesar del estruendo Bakugo se había preparado para la caída, después de todo no era tonto, solo un completo idiota se lastimaría en un simple entrenamiento matutino. Había usado sus dos manos para crear pequeñas explosiones y amortiguar su caída aunque la esfera de fuego que había formado a su alrededor no mostro señales alguna del movimiento que había hecho.

Por supuesto el ruido generado ocasionó que algunos de sus compañeros se despertaran y fueran a ver qué ocurría. Todoroki no presto atención al cuchicheo de sus compañeros, sus ojos se encontraban absortos en la sonrisa socarrona y triunfal de Katsuki cuando apareció de entre el humo. El cielo empezaba a aclararse, y de apoco el sol se asomó en el horizonte, Bakugo Katsuki camino hacia adelante, sus ropas se encontraban terriblemente desgastadas y partes de su cuerpo tenían manchas de hollín. Algunos rayos cayeron por sobre su espalda, formando un extraño halo detrás de él.

La sonrisa de Bakugo seguía firme en sus labios y sin darse cuenta Todoroki avanzo hacia él con una sonrisa en el rostro.

Todoroki lo sabía, el futuro que les deparaba era brillante, tan brillante como él hombre que tenía frente y él no podía quedarse atrás si es que quería seguir sintiendo su fulgor.

El ABC del amor【TodoBaku】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora