Me preparé con un vestido que me trajeron unas doncellas, les tuve que insistir para que me dejaran vestirme por mi cuenta, y aunque no estaban muy por la labor lo conseguí.
Era blanco, sin mucho complementos, solo con algún encaje que otro. Dejé mi pelo suelto como hacia siempre y me maquille con algunas cosas que había allí, también explore un poco la habitación. Ya que era de mi madre y pensé que podría haber algo interesante pero las doncellas me volvían a llamar.
— Señorita, la esperan abajo.— una de las doncellas me hablaba desde el otro lado de la puerta.
— Enseguida bajo.— me di unos últimos retoques frente al espejo antes de salir.
Ese vestido era realmente incómodo y solo podía pensar en el momento de volver para quitármelo.
Me guiaba una de las doncellas, el castillo era bastante grande y como podéis imaginar si hubiera ido por mi cuenta hubiera llegado al día siguiente.
— ¿Cómo te llamas?— dije a lo que ella me miró sorprendida.
— Perdonad, no es costumbre a que me hable la realeza.— la chica rubia sonreía tímida.— Me llamo Ginny, majestad.
— Por favor, no me llames así. Soy igual que tú.
— Es muy divertida señorita, pero me temo que no.— bajó notablemente la voz hasta hablar entre susurros— Él nos lo prohíbe, incluso no debería hablar con usted.
— ¿Quién?— la paré antes de llegar a mi destino, teníamos el pasillo a solas.
Miró a todos lados incluso sabiendo que no había nadie antes de decir nada.:— Su tío.— me miraba con miedo.
— No diré nada Ginny, conmigo estarás a salvo. La verdad no pensaba que diría esto pero... Cuando sea reina todo cambiará.
— Ya lo ha hecho, su llegada ya cambió todo. Mire.— me señalo por una ventana cercana la lejanía.— La naturaleza vuelve a brillar como antes hacía.
Las vistas eran espectaculares, no tenían nada que ver a cuando llegué.
— ¿Eso lo he hecho yo?
— Con su magia junto a la de la piedra. No sé si lo sabe, pero su tío no es que posea una gran magia.
— Lo sabía pero no comprendo el por qué.
— Su tío no es muy partidario de las labores reales, se la pasa en fiestas, clubs y bueno... La dama blanca, no es que sea demasiado buena.
— ¿Quién?— dije extrañada por ese último detalle.
— ¿No sabe lo que es?— la puerta que teníamos delante de abrió dejando que Ginny sin habla y temblando al ver a Armand.
— Ya estoy. — dije poniendome delante de Ginny intentado que Armand me mirase a mi.
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Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️
FantasyDespués de un año de lo ocurrido, Amelia, continúa con la mejoría de sus poderes mientras disfruta de la pequeña paz que les dio la última batalla. Claro que, lo bueno dura poco, y después de asumir que debe tomar sus responsabilidades reales debe...