Cap7. Se nos va de las manos

693 66 12
                                    

Me preparé con un vestido que me trajeron unas doncellas, les tuve que insistir para que me dejaran vestirme por mi cuenta, y aunque no estaban muy por la labor lo conseguí.

Era blanco, sin mucho complementos, solo con algún encaje que otro. Dejé mi pelo suelto como hacia siempre y me maquille con algunas cosas que había allí, también explore un poco la habitación. Ya que era de mi madre y pensé que podría haber algo interesante pero las doncellas me volvían a llamar.

 Ya que era de mi madre y pensé que podría haber algo interesante pero las doncellas me volvían a llamar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Señorita, la esperan abajo.— una de las doncellas me hablaba desde el otro lado de la puerta.

— Enseguida bajo.— me di unos últimos retoques frente al espejo antes de salir.

Ese vestido era realmente incómodo y solo podía pensar en el momento de volver para quitármelo.

Me guiaba una de las doncellas, el castillo era bastante grande y como podéis imaginar si hubiera ido por mi cuenta hubiera llegado al día siguiente.

— ¿Cómo te llamas?— dije a lo que ella me miró sorprendida.

— Perdonad, no es costumbre a que me hable la realeza.— la chica rubia sonreía tímida.— Me llamo Ginny, majestad.

— Por favor, no me llames así. Soy igual que tú.

— Es muy divertida señorita, pero me temo que no.— bajó notablemente la voz hasta hablar entre susurros— Él nos lo prohíbe, incluso no debería hablar con usted.

— ¿Quién?— la paré antes de llegar a mi destino, teníamos el pasillo a solas.

Miró a todos lados incluso sabiendo que no había nadie antes de decir nada.:— Su tío.— me miraba con miedo.

— No diré nada Ginny, conmigo estarás a salvo. La verdad no pensaba que diría esto pero... Cuando sea reina todo cambiará.

— Ya lo ha hecho, su llegada ya cambió todo. Mire.— me señalo por una ventana cercana la lejanía.— La naturaleza vuelve a brillar como antes hacía.

Las vistas eran espectaculares, no tenían nada que ver a cuando llegué.

— ¿Eso lo he hecho yo?

— Con su magia junto a la de la piedra. No sé si lo sabe, pero su tío no es que posea una gran magia.

— Lo sabía pero no comprendo el por qué.

— Su tío no es muy partidario de las labores reales, se la pasa en fiestas, clubs y bueno... La dama blanca, no es que sea demasiado buena.

— ¿Quién?— dije extrañada por ese último detalle.

— ¿No sabe lo que es?— la puerta que teníamos delante de abrió dejando que Ginny sin habla y temblando al ver a Armand.

— Ya estoy. — dije poniendome delante de Ginny intentado que Armand me mirase a mi.

Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora