Epílogo

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17 años después

Esto es más difícil de lo que podría haber imaginado. Pensé que era algo ya dominado, un miedo ya controlado pero la verdad es que no.
Tantos años, meses y finalmente días, todo para este día. El día en que oficialmente seré la guardiana principal del reino de Wingston, hoy...el mismo día que nací y murió mi madre.

Quedan escasas horas para las doce de la noche y entonces cumpliré 18 años, esos ansiados por todos pero un temor para mí. Esa cifra significa mucho más que un número, responsabilidad, aceptación de cambio y sobre todo dureza por un momento que cambiará todo.
Esos nervios se traducen de muchas maneras, las malas quieren predominar pero puedo controlarlas, soy suficiente para esto. Puedo con todo lo que me proponga y sé que esto es el principio, el comienzo de algo muy grande y podré con ello.

La primera ceremonia, la que es la "oficial" por llamarla de alguna manera, es donde acuden los principales miembros líderes. También hay algunas otras personas para ver que todo se siga con buen progreso y sin ningún problema.

Llegamos a una gran sala, mucha gente sentada en una mesa de madera oscura y el olor de las velas consumiéndose. Miré enfrente de mi, un asiento vacío me aguardaba mientras pares de ojos me observaban.

— Espero que sea de su agrado.— Un hombre con un traje de color ocre me dio paso con un elegante movimiento permitiendo que me sentara.

— Gracias.— le agradecí viendo cómo se desplazaba hacia un lado de la sala.

Me senté cruzando las piernas a la vez que una de ellas amenazaba con temblar de los nervios. Mi mirada se lanzó al frente donde estaba una chica rubia platino, por su forma de sentarse y su posición corporal debía ser de los Murdock. Laia, si no me equivoco. En mi izquierda había dos asientos aún vacíos y a mi derecha se sentó Damian, ya sabemos todos quien es Damian.

Después de hablar varios de los líderes algunos se marcharon al comedor que había en una de las estancias próximas. Había una especie de banquete mientras se esperaba a unos señores con los que se completaría la ceremonia.

Me levanté y caminé hasta una mesa, donde había un enorme recipiente con un líquido rojo oscuro, obviamente se podría deducir lo que era.

— ¿No estarás pensando en beber eso, no?— torcí la cabeza topándome con el rostro de Dilan.

Sonreí al volver a mirar el brebaje.— No, creo que tengo suficiente con mis nervios. No necesito de eso para vomitar. Además, puedo tener genes de vampiro pero la sangre no es lo mío.

Dilan torció una sonrisa mientras cambió su vista observando la sala.— Joder,— miré hacia lo que había hecho que reaccionara de esa manera.— es William Araya.

— ¿Quién es?— fruncí el ceño.

— Es un prepotente hombre lobo. A parte de eso no tiene más definición.— Bufó mientras ponía cara de asco, yo por el contrario me reí de su expresión.

— Pues es guapo.

— ¿Cómo?— continué con mi risa, él me dio un ligero toque en el hombro mientras negaba con la cabeza.

El chico se acercó, era de media melena oscura y ojos verdes. Mandíbula marcada junto unos hoyuelos y cuerpo hercúleo, la verdad nada mal.

— Hola Dilan. Hola...eh...— su voz era potente y hablaba relajado, algo que realmente me desconcertó, pensaba que vendría arrogante o incluso dominante.

Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora