Cap10. ¿por qué aquí?

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No conseguía abrir los ojos pero el olor ya era repulsivo, era una mezcla de humedad, suciedad en general...no se pero solo de imaginarlo dan ganas de vomitar. Escuchaba murmullos, pero no entendía nada.

Sentía todo moviéndose, dando vueltas sin parar haciendo que todo fuera aún más confuso. Cuando por fin mi cabeza paró de torturarme, los murmullos se empezaban a entender y mis ojos comenzaron a abrirse aunque con dificultad.

Alguien me tomó de la barbilla haciendo que mi cabeza se levantase y entonces abrí los ojos mientras se enfocaba la vista.

— Cuanto tiempo.

— ¿Mateus?— dije cuando volvió a soltarme haciendo que cayera mi barbilla.— Idiota estúpido.

— Aún recuerda tu nombre, eso es buena señal.— levanté la vista para toparme con la doncella morena.

— Si no le hubieras rociado todo el polvo azul no hubiera estado inconsciente tantos días.

— Cállate ya, se ha despertado que es lo que cuenta.

— ¿Quién eres tú?— pregunté haciendo caso omiso a la conversación que tenían.

— Ya lo sabes, belleza.— decía burlona mientras se apoyaba en una mesa.

El sitio estaba bastante oscuro, estaba atada a una silla y lo que podía ver era una simple habitación con muebles viejos, un espejo roto con cristales aún en el suelo y una especie de puerta al final cerrada. En la sala estábamos los 3, Mateus, la chica y yo.

Mateus miró a la chica que no me quitaba ojo.— Creo que por como te mira no tiene ni idea de quién eres.

— Vaya, después de todo los años conmigo si sirvieron para conocerme.— dije borde.

— Ginebra.— dijo la chica que calló a Mateus antes de que dijera nada.

— dijo la chica que calló a Mateus antes de que dijera nada

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— Ya nos conocemos todos.— Mateus intentaba sonar gracioso pero como comprenderéis no me iba a reír aunque este tipo fuera un payaso.

— Haznos un favor y cállate de una puta vez.— dije a lo que para él fue motivo de risa.

— Me cae bien esta chica.— siguió diciendo la morena que se cruzó de brazos.

— Soltarme.

— Claro, y ya de paso te mandamos de nuevo a la tierra mágica.— La chica se fue a un lado de la habitación buscando en una mochila a lo que nos dejó a Mateus y a mí relativamente solos.

— ¿Estamos en la tierra normal?

— Si. Llevas mucho fuera, que tal sienta volver a casa.— Iba a contestarle cuando me corto como siempre hacía.— Bueno, de todas maneras este nunca fue tu hogar.

Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora