Entran decididos, aunque precavidos. No sabían que se podían encontrar, quizás con una Amelia que nunca habían conocido y con un poder inmenso. Desde su última vista Duncan sabía qué ocurría algo con ella. Había sido extraño que hubieran utilizado magia para aparentar ser ella, estaba claro que la había pasado algo malo, pero aún así habían querido cambiar a alguien su apariencia por la de ella.
Aquel sitio era enorme, sus paredes de piedra eran muy altas y la mayoría de las salas estaban totalmente vacías. Los chicos se dieron cuenta en seguida que el camino que estaban haciendo no era cuestión del azar, sino que les estaban llevando por donde querían.
— Vamos directos a su trampa.
— Quizás, pero ahora no podemos volver atrás.— Damian respondió ante el comentario de Devon.
— ¿cuando consiguieron la piedra...como estaba ella? ¿La visteis?— preguntó Dorian notablemente preocupado.
— No era ella. Era alguien con su mismo físico pero estaba claro que no era Amelia, sus sentimientos...su forma de expresarlos... No era ella.
— Con que eso es lo que hacías, y yo pensando que estabas alucinando...— dice Adonis levantando las cejas con impresión.— Propongo buscar primero a los demás y después enfrentarnos a Amelia, sería mucho más... seguro supongo.
— O mucho más peligroso, contra menos bajas mejor.— contestó Damian con una voz potente y notable de liderazgo.
«Jajajaja» una risa de mujer retumbó por los pasillos haciendo que todos miraran en todas direcciones. Era un sonido espeluznante pero según se iba alejando la risa se escuchaba el llanto de la misma mujer. Se les pusieron los pelos de punta.
Las paredes crugieron haciendo que los chicos echaran la mirada hacia el principio del pasillo, las paredes empiezan a hacerse más pequeñas cada vez y un fuerte impacto hace que todos echen a correr hacia el otro extremo del largo pasillo cerrándose en el último momento consiguiendo que llegarán a una sala totalmente oscura iluminada con velas a los laterales.
En un fuerte golpe de luz Amelia apareció en el medio de la sala, los chicos aún estaban en la puerta y se quedaron observándola.
— Bienvenidos queridos afortunados, ¿Os puedo ofrecer algo?
— Si.— Duncan dió varios pasos adelante.— Quítate el disfraz y deja a Amelia.
La risa que antes había sonado volvía a retumbar y la silueta de la chica desapareció en la oscuridad. De nuevo solo se veían las velas a los laterales, la iluminación de las mismas aumentaron haciendo que la estancia se iluminase con un tono cálido. Al final de la sala se empezaba a distinguir un trono en el cual estaba Amelia sentada, cabizbaja y medio ausente. Con cortes en la zona del cuello y brazos y un ligero corte en la mejilla.
— ¿My lady?
Se la veía claramente agotada. Incluso con la poca luz se alcanza a ver las pocas lágrimas en sus mejillas.
— Dorian...— Amelia respondió instintivamente a la voz de Dorian, entre lágrimas levantó la cabeza esbozando una diminuta sonrisa de salvación.
Todos ellos empezaron a caminar rápidamente hacia ella. Amelia fue a levantarse pero estaba atada de pies y manos a el propio trono. Era angustioso.
Cuando comenzaban a ir por la mitad las luces se prendieron con mayor fuerza y ahora se podía ver cada rincón de la estancia a la perfección, ellos pararon su marcha y vieron como del vestido de Amelia hacia las escaleras que seguían el trono corría un reguero de sangre.
— ¿Qué...?— Duncan preguntó a lo que fue interrumpido por Amelia.
— Yo...ojalá os lo pudiera haber dicho...— decía entre lágrimas.
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Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️
FantasyDespués de un año de lo ocurrido, Amelia, continúa con la mejoría de sus poderes mientras disfruta de la pequeña paz que les dio la última batalla. Claro que, lo bueno dura poco, y después de asumir que debe tomar sus responsabilidades reales debe...