Cap8. Perdida

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- ¿Señorita, está despierta?- era Ginny y no es por aumentar más la incomodez del momento pero estaba sin nada, absolutamente nada de ropa.

- ¡Un momento!- me levanté rápido justo cuando Damian salió del baño con una toalla rodeando su cadera y pequeñas gotas que caían de su pelo oscuro.

- ¿Una noche conmigo y ya no quieres verme más?

- Damian.- me acerqué a él tapandome con la sábana sutilmente.- No es por nada pero... No me acuerdo.

A Damian se le quitó la sonrisa de la cara poniéndose serior.- ¿De nada?

- Nada.

- Joder, yo...no sabía que estabas bebida. Parecías totalmente estable, no quiero que sientas que te he utilizado.

- Damian tranquilo, sé que no has pretendido nada de eso. Me dieron dama blanca para beber y no sabía lo que era, solo quería probarlo.

- ¿Dama blanca? Joder, eso lo explica todo. Puede parecer lo más asqueroso del mundo y así es. Es una bebida que te droga y no te acuerdas de nada pero a la vez aparentas no tener nada. Cambia tu manera de ser un poco pero nada más, bueno depende de las que te tomes.

- Fueron...5, Creo.- Damian se echó las manos a la cabeza.

- Deberíamos hablar con Dorian, que él nos muestre lo que has...¿Qué es eso?- señaló a mi mano, la tenía un poco tapada pero aún así la vio.

- Yo...me desperté y lo vi. Pensaba que lo habías visto.

- Si lo hubiera visto no hubiera reaccionado así.- en eso tenía razón.- En fin, no vuelvas a beber de eso y tranquila, no creas que te dejaré con la incógnita de ayer.- me guiñó un ojo mientras me acariciaba el pelo.- Y ahora vístete.

- ¿Con qué? El vestido de ayer está horrible.

Damian se separó y fue directo a por su ropa, no tardó en vestirse e ir hacia la puerta.

- Hola, la señorita necesita ropa.- Damian con la puerta entreabierta me miraba.

- Claro, señor.- vi que Damian sonrió y no fui capaz de contener esos celos de que alguien más le llamara señor y verle sonriendo de esa manera.

Cerró la puerta y cuando volvió a abrirse apareció una doncella, era también rubia, pero no aparecía haber rastro de Ginny.

- Tenga.- me entregó un nuevo vestido que era de color azulado con toques plateados.

- ¿Y Ginny?- dije antes de que se fuera.

- No sé dónde está, mandaré que la busquen.- la chica contestó borde y sin decir nada más salió de la habitación.

¿Gracias? En fin, este mundo es como cualquiera y hay gente imbécil.
Me puse el dichoso vestido y salí del cuarto para encontrarme con un pasillo vacío. Me extrañaba aunque caminé decidida. Me perdí por los pasillos, uno después de otros y bajando algunas escaleras para llegar a una puerta vieja que tenía unas llaves en la cerradura.

Era espeluznante, las llaves tenían telarañas y la puerta más de lo mismo, daba asco aunque empujando un poco la puerta se abrió.

Era espeluznante, las llaves tenían telarañas y la puerta más de lo mismo, daba asco aunque empujando un poco la puerta se abrió

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Feroz - Bilogía «Indómito» {#2} ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora