And the reason is you 》▪︎KOOKV

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Su madre si que lo había arruinado todo.

No conforme con que su hijo ignorarse sus llamadas, decidió dejarle muchos mensajes de texto expresándole lo decepcionada que estaba del mal hijo que estaba siendo, por su mal comportamiento de no ir a visitarlos en casi medio año, por no haber saludado en las fiestas y recordándole que ese fin de semana su prima -la que si había accedido a estudiar odontología- estaría inaugurando su propio consultorio por lo que toda la familia debería reunirse para celebrar.

Taehyung conocía lo que su familia llamaba celebración. Era más bien hacer un evento ridículamente caro para luego tomarse muchas fotografías presumiendo el logro familiar.

En este caso, el castaño aseguraba que lo único que conseguiría asistiendo era ponerse mal porque absolutamente todos en su familia estarían hablando de lo genial que le iba a su prima Jisoo mientras que él seguía en el mismo puesto laboral hace más de cinco años.

Había temas que más bien prefería evitar, aunque no sabía qué tanto podría seguir ignorando a su familia realmente.

Llega a su lugar de trabajo muy temprano como siempre y por primera vez desde que comparte oficina con Jungkook, realmente lamenta no tener el espacio para él solo. Por lo general en sus peores momentos simplemente se aislaba en su oficina sin hablar con alguien para no tener arrepentimientos luego de lo que podría llegar a hacer o decir.

Como era el caso, Jungkook llega muy sonriente y dispuesto a ser parlanchín y simpático como todos los días, junto con dos vasos desechables humeantes en cada mano. Ya se imaginaba por dónde iba el asunto, por lo que no es ninguna sorpresa cuando deja sobre su lado de la mesa una de los dos vasos, para proceder a sentarse frente a él.

—¿Te gusta el té, hyung?— le pregunta, bebiendo un sorbo del que se había traído para él mismo.

—No— le miente. En realidad si le gustaba pero no quería precisamente entablar una conversación en ese momento. —No tienes que traerme nada, ya te lo dije.

Jungkook solamente asiente y procede a acomodarse para iniciar su día laboral al igual que él.

Al parecer transmitía una vibra negativa, ya que Jungkook no le habló en todo el día y hasta incluso le había dado el espacio suficiente en el escritorio toda la mañana, ordenando por fin sus cosas de su lado y dejando las de el castaño precisamente donde siempre las dejaba.

—Hyung, voy a ir a almorzar a la cafetería de en frente, ¿quieres ir?

—No, voy a ir más tarde. Gracias igual— le dice mientras continuaba editando las fotografías que tenía por encargo para ese día.

—¿Quieres que te traiga algo?

—Jungkook, ¿podrías por favor no dirigirme la palabra?— le dice por fin despegando su vista de la laptop para mirar al azabache frente a él.

Éste parecía algo sorprendido por lo que le había dicho, como si no considerase posible que a alguien en el mundo no le gustase escucharlo hablar y hablar sin parar.

—Tú... ¿estás bien?

—Por supuesto, solo no tengo ganas de hablar con nadie.

Jungkook solo asiente y sale finalmente de la oficina, dejándolo solo por fin. Puede dejarse caer finalmente sobre el escritorio, completamente frustrado por todo lo que estaba sucediendo. No entendía por qué su madre seguía molestándolo y recriminándolo después de tantos años, como si no pudiera terminar de aceptar que su hijo había crecido y había tomado sus propias decisiones en la vida, sin ninguna ayuda de ella.

En cierta parte veía a ese ascenso como un tapaderos de bocas para sus familiares, lo que lamentaba muchísimo ya que no le permitía disfrutar realmente de lo que le gustaba porque estaba muy concentrado en demostrarse genial.