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Cuando llega finalmente el domingo, Taehyung por fin puede darse ese respiro del trabajo para poder dedicarse a reconquistar al azabache. Esa semana había sido todo un reto el adaptarse a su nueva rutina y a los horarios que su nuevo puesto demandaba.

El señor Kwon había sido comprensivo con su situación, ya que la mudanza de oficina le demandaba cierto tiempo y ni hablar -aunque su jefe no lo sabía- lo que sus problemas emocionales estaban haciendo con él.

No podía estar del todo tranquilo con la situación ni por el lado de que Jungkook no le contestara sus mensajes ni por el de Seokjin, quien más allá de ser ajeno a lo que pasaba en su relación, seguía sintiendo cierta culpa por los hechos que acontecían al modelo.

Las cosas no hacían más que empeorar para el pobre chico. Éste seguía siendo el centro de atención del público y las redes solo hablaban de él y de por qué se había prendido de la fama de Namjoon.

Si lo veían en algún supermercado lo fotografiaban diciendo que era egoísta por seguir con su vida cuando había arruinado la carrera en ascenso del rapero. Si no salía por mucho tiempo las personas hablaban de por qué no se mostraba y qué era lo que estaba escondiendo.

Incluso habían hablado de infidelidad.

Si salía maquillado hablaban de que estaba mal porque era muy femenino y precisamente esa imagen no debería mostrar luego de haber salido del closet -aunque ciertamente lo obligaron a salir de allí-. Si no se arreglaba o no se maquillaba, era desaliñado y hasta incluso llegaban a hablar sobre por qué YangModel lo había contratado en un primer lugar.

En conclusión, las personas se la habían agarrado con Seokjin de manera muy personal y era completamente absurdo ya que el chico no podía hacer nada sin que la gente hablara.

Se había levantado muy temprano ese domingo por la mañana con la intención de que le diera tiempo para comprar, hacer y decorar una serie de cosas antes de ir hacia el departamento del azabache.

Necesitaba en primer lugar una canasta, a la cual decoraría con lindas flores y listones en todo su alrededor y en ésta le  pondría un vino, precisamente el mismo que Jungkook había llevado a su casa la primera vez que estuvieron juntos, además de algunas frutas y galletas hechas por él mismo para darle el toque hogareño especial.

Odiaba con su vida cocinar y además de eso, lo hacía terrible. Por lo general sus comidas tenían un sabor espantoso que te hacía querer escupirlo solo segundos después de haberlo ingerido, pero estaba dispuesto a verse todos los tutoriales necesarios y hacerlo de la manera más detallada posible, no queriendo cometer ningún fallo y que las galletas fueran lo más apetitosas que se podían.

Incluso tenía pensado decorarlas con formitas, quería que Jungkook notase su esfuerzo. Haría lo necesario para recuperar al azabache, y creía que esa muestra de amor era justa y era tierna.

Le cocinaría con tanto amor que esas galletas iban a ser las galletas más ricas del mundo.

Una vez con todo lo necesario en su casa, se pone de lleno en las galletas. Sigue paso a paso lo que en el tutorial decía y cuando estas están en el horno, comienza a decorar su canasta intentando que se notara las buenas intenciones que él tenía con todo eso.

La semana sin el azabache había sido horrible. No solo extrañaba verle la estúpida cara todo el tiempo, sino que extrañaba su voz, sus toqueteos, que le llevará té, las paletas, que lo acompañase a casa y absolutamente, más que ninguna otra cosa extrañaba que Jungkook lo besara.

Extrañaba que lo mirara con sus ojitos de universo, que le dijera lo hermoso que era y lo mucho que lo quería.

Taehyung nunca fue una persona romántica ni mucho menos enamoradiza y de todas formas ahí se encontraba, haciendo lo que creía necesario para recuperar al amor de su vida porque ni teniendo el trabajo de sus sueños se sentía completo sin que Jungkook estuviera con él.

Finalmente las galletas salen del horno no teniendo tan mal aspecto como se lo esperaba ni por suerte tampoco mal sabor. Solo pone un poco de glaseado de colores en alguna de ellas y polvorea a otras con colores, haciendo que así lucieron más llamativas y apetitosas.

Las acomoda a todas de manera ordena dentro de la canasta y luego de eso comienza arreglarse para poder salir de la casa. Esperaba verse bien para el menor, quería que éste le mirara como siempre lo hacía y es por eso que se pone su mejor conjunto, su mejor perfume y le da especial atención a su cabello.

También da hincapié en que se notara la pulsera roja en su muñeca. Quería que el azabache la notara y supiera que no se la había sacado a pesar de las cosas que había dicho aquel dia en la cafetería.

Finalmente parte rumbo al departamento del menor. Tendría que tomarse el metro y luego de eso caminar varias cuadras, pero lo haría sin rechistar ya que sabía lo que estaba en juego con todo eso.

Luego de más de cincuenta minutos de viaje y cuadras y cuadras de caminar, llega al parquizado del edificio del menor e ingresa por la recepción de este. 

Esa semana que compartieron juntos y que regresaban al departamento del azabache, ambos simplemente se adentraban al ascensor sin más, por lo que Taehyung con esas intenciones se acerca, pero es detenido rapidamente por la chica que trabajaba en mesa de entrada quitandole la poca ilusión que tenía de que no le hicieran problema por eso.

—Lo siento, ¿tiene permiso para ingresar?— le pregunta una chica que estaba en recepción.

—Yo... vengo a ver a Jeon Jungkook.

—¿Tiene un permiso?— le repite y Taehyung solo suelta un suspiro mientras niega con la cabeza.

—No, venía más bien de sorpresa— le dice tímidamente.

—Lo siento, pero no puedo dejarlo pasar sin un permiso.

Taehyung se siente frustrado en ese momento. ¿Cómo le diría que el azabache no había contestado a ninguno de sus mensajes durante la semana y que no podía pedirle que bajara porque temía que éste no lo hiciera?

—Dame unos segundos— le dice la chica tomando el teléfono y marcando al departamento del azabache. Taehyung tiene el corazón en la boca mientras la observaba hacer su trabajo. —¿Señor Jeon?... si, hay un chico que quiere visitarlo y llamaba para pedirle su autorización de hacerlo pasar... si... un momento por favor— la mujer finalmente separa el teléfono de su oído y lo mira —¿Cuál es tu nombre?

¿Debería mentir? ¿y si Jungkook no quería verlo? No sabía que haría si Jungkook no aceptaba verlo, ya que sus ideas para recuperarlo estaban todas arrojadas dentro de esa canasta.

—Kim Taehyung— le dice tragando el nudo dentro de su garganta.

La mujer asiente y vuelve a llevar el teléfono a su oído repitiendo su nombre. Unos segundos después corta la llamada y le sonríe amablemente.

—Puedes pasar.

—Puedes pasar

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And the reason is you 》▪︎KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora