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Al día siguiente de que Jungkook le rompiera el corazón, lo primero que hace es contactar con Jimin para pedirle desesperadamente el número de Kim Seokjin.

Su charla con el menor solamente le había dejado con una carga aún mayor sobre los hombros, más allá que éste haya dicho que no se sintiera culpable porque no era responsable en lo que sucedió.

Si no había hecho nada, ¿por qué no volvió con él? era absurdo. Se sentía incluso patético por sentirse de esa manera, quería a Jungkook de vuelta y estaba desesperado por hacer las cosas bien y recuperar a la única persona que alguna vez llegó a enamorarse.

Temía que Seokjin no quisiera verlo después de su rol en toda esa historia. Era hasta lógico después de todo, considerando que era amigo de Jungkook y que probablemente éste le había contado la situación con lujo de detalles. Aún así decidió con la poca valentía que le quedaba afrontar la responsabilidad que sentía y mandarle un mensaje al pelinegro pidiéndole por un encuentro.

Por suerte para él, las cosas no fueron como lo pensó. Seokjin accedió rápidamente y hasta incluso le mando la ubicación de su departamento para que se vieran allí esa misma tarde, diciendo que no era seguro para él salir en esos días y él comprendiendo y completamente agradecido, aceptó la invitación.

Es así como al finalizar su horario laboral, sale del trabajo y espera un taxi para poder ir así a la casa del pelinegro. Éste, al igual que el azabache, vivía en uno de los barrios más caros y prestigiosos de Seúl teniendo todos los lujos que lugares como esos traían.

No tarda mucho en llegar, el viaje en taxi dura incluso menos de lo que duraban sus viajes en coche con el menor, ya que Seokjin vivía más cerca de lo que pensaba. Deja su nombre en la mesa de entrada y rápidamente le dan el paso a los ascensores, pues al parecer el pelinegro si había informado que lo estaba esperando.

Duda mucho en cómo se desarrollaría la conversación. Tenía en claro lo que hacía allí pero no estaba del todo seguro de si estaba listo para lo que el mayor tenía para decirle. Da unos ligeros toques a la puerta esperando nervioso a que éste lo atendiera.

Él y Seokjin no eran amigos, la única vez que habían hablado había sido aquella noche en el bar y realmente no había sido ninguna charla que se podría considerar íntima como para estar ahora frente a la puerta de éste. 

¿Y si también lo miraba decepcionado? no estaba listo para decepcionar a dos personas en poco menos de dos días. Era mucho incluso para él, que estaba de cierta forma acostumbrado a que sus familiares hicieran comentarios sobre su trabajo.

Seokjin abre la puerta solo unos segundos después y le sonríe suavemente haciéndose a un lado para que pudiera ingresar.

Con una pequeña reverencia ingresa al interior a penas mirando al rededor, no queriendo parecer un entrometido por estar allí.

—¿Quieres algo para beber?— le pregunta el mayor con amabilidad. Taehyung no entendía siquiera de donde salía esta, ya que si fuera él estaría completamente enojado con el mundo en general.

—No, gracias— dice notando allí que su voz salía entrecortada por lo nervioso que estaba. —Yo... quería solamente hablar contigo sobre algo.

Seokjin asiente de manera calma. —Claro, ¿quieres que vayamos al sofá?— Le pregunta a lo que Taehyung accede.

Ambos se sientan en un bello sofá en forma de L que ocupaba la mayor parte del espacio destinado a la sala. En otras circunstancias hubiera hasta sentido envidia de las condiciones de vida del pelinegro, pero sabiendo por las cosas que éste estaba pasando no podía sentir otra cosa que no fuera empatía y por sobre todo responsabilidad, responsabilidad por haber estado de acuerdo en un inicio de de que la vida del mayor se arruinara.

And the reason is you 》▪︎KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora