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Al día siguiente se levanta con un dolor de cabeza terrible y lo único que desea es simplemente quedarse en la cama para seguir llorando.

El sentimiento de traición que se había instalado en él no hacía más que dolerle y recriminarle más a medida en que repetía la discusión que había tenído con el menor el día anterior. Seguía sin poder creerse como se habían desarrollado las cosas, ya que su relación estaba en el punto más rosa y todo se fue a la basura en tan solo diez minutos de discusión.

Extrañaba mucho al menor, había sido la primera noche solo luego de esa hermosa semana que habían compartido juntos y temía cómo se desarrollarían las cosas ese día en el trabajo, ya que no podría estar ni cinco minutos sin tirarse a los brazos de Jungkook pidiéndole perdón.

Era lo que pensaba por la tristeza al menos, porque seguía doliéndole el orgullo al recordar que éste lo había amenazado y precisamente con lo que más le dolía.

Es por eso que lleno de pena y dolor, aún así se levanta de la cama porque seguía siendo día laboral y seguía siendo lo único que se mantenía estable dentro de todo.

Sabía que era lo que más esfuerzo en la vida le había llevado y era todo lo que tenía, todo lo admiraba y todo lo que le hacía bien.

Con eso en mente se mete a la ducha saltándose el desayuno y sale rumbo a la parada del metro, el cual le llevaría casi cincuenta minutos de su tiempo hasta llegar a su lugar de trabajo.

Al igual que siempre, es el primero en llegar a la oficina. Jungkook por lo general llegaba algunos minutos más tarde o al menos así era antes de que hayan comenzado a salir, ya que esa última semana el azabache había estado llevándole desde su departamento hasta el trabajo al horario que a Taehyung le gustaba.

—¿Señor Kim?— pregunta el secretario del señor Kwon junto a él. No sé había dado cuenta de que éste estaba en la oficina y despeja su mente sentándose más recto al verlo allí parado. —El señor Kwon me mandó a llamarte. Dice que es muy importante que fueras inmediatamente.

Su camisa comienza a apretarle repentinamente en la parte de su cuello. ¿Jungkook se lo había dicho? ¿No tuvo suficiente con haberle roto el corazón al día anterior, sino que ahora tenía que acabar con su trabajo y dejarlo en la miseria misma?

Con un nudo en la garganta y fingiendo indiferencia, solo asiente y se levanta del escritorio para ir a la oficina de su jefe.

"Adiós a mi oficina, tenía solamente una ventana pero era todo lo que tenía en el mundo" se dice mirando por última vez el lugar en el que había estado durante tantos años.

No sabía cómo seguirían las cosas a partir de ahora, no sabía siquiera si seguiría. Lo más probable es que se mudara de regreso a Daegu, ya que no quería permanecer en la ciudad que había acabado con todos sus sueños en cuestión de veinticuatro horas.

¿Se podía regresar veinticuatro horas atrás? Cuando estaba en los brazos del menor, sintiéndose único en el mundo y sin dudar ni un solo segundo en el gran amor que Jungkook le tenía.

Incluso el amor que él le tenía era inmenso, tanto así que a pesar de lo traicionado que se sentía seguía queriendo estar con él en esos momentos.

Da dos golpes en la puerta cuando se encuentra fuera de la oficina y luego de escuchar el permiso de su jefe, finalmente ingresa.

El señor Kwon se encontraba parado junto al gran ventanal que su oficina tenía. Su rostro estaba serio como nunca antes y Taehyung nota cierto rastro en sus ojos dándole aviso de que estuvo llorando hasta hace solo unos minutos antes.

Traga fuerte aquel nudo en su garganta, ya que temía las palabras de su jefe.

—¿Me buscaba, señor?

And the reason is you 》▪︎KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora