And the reason is you 》▪︎KOOKV

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—¿Seguro que no quieres que vayamos de parranda?— pregunta Jimin acariciando suavemente su cabello. —Antes ayudaba.

Recordaba aquella juventud en la que todo lo solucionaba con una noche de diversión con amigos y por qué no, terminando la noches con algún desconocido que encontrará en el bar. Nunca antes le había dado importancia a sus sentimientos, sabía que las personas eran pasajeras en su vida y no le importaba si alguien no quería estar más en la suya.

Taehyung tenía muy claro las cosas que importaban y en el orden que lo hacían, y siempre iba a estar su trabajo en primer lugar pues era lo único que le daba de comer y lo mantenía luego de haberse independizado de sus padres a temprana edad.

Sin embargo, en ese momento no creía poder hacer algo más con su vida que no sea estar acostado en las piernas de su mejor amigo mientras que éste le acariciaba el cabello como si un niño se tratara.

—No, no quiero ir a ningún lado Chim.

—Está bien TaeTae. Nos quedamos en casa si tu quieres— dice Jimin mientras se inclina para dejarle un beso en la frente.

Al salir de la casa de Seokjin lo primero que hizo fue llamar a su mejor amigo en busca de consuelo. Necesitaba poder hablar con alguien desde lo más profundo de su corazón, revelar todo lo que lo hermoso que le había estado pasando en esos últimos meses y la forma tan absurda en que lo perdió.

Le gustaba como Jimin se refería a "casa" para hablar de cualquiera de los departamentos de ellos. Sabía que se refería más a la calidez del hogar de los brazos de su mejor amigo como hogar y eso le encantaba. Park Jimin había estado con él en su época más oscura y precisamente por eso necesitaba correr a sus brazos cada vez que las cosas se complicaban.

—Siento mucho ser un mal amigo, Chim.

—No digas eso, no eres un mal amigo Tae.

—Lo soy— le dice asintiendo. —Tu siempre estas para mi y yo solo cancelo tus salidas porque le doy prioridad al trabajo.

—Y no me molesta tontito— Jimin deja otro beso sobre su frente —Somos adultos Tae, sabemos que no podemos hacer nada con los horarios laborales.

—No me refiero a eso— finalmente se levanta para quedar sentado a su lado en la cama. —Hay veces en las que no estoy trabajando en mis horarios, sino que decido hacer horas extras o trabajar desde casa y aún así cancelo tus planes.

Jimin lo mira por unos segundos y termina por sonreírle mientras niega con la cabeza. —No importa...

—Si importa— lo interrumpe rápidamente. —Importa porque no soy consiente que quizás tu estés teniendo días malos y que necesites hablar con alguien. Quizás tu quieras contarme en éste momento lo maravillosa que es tu relación con Yoongi hyung y sin embargo estas solamente consolándome y escuchándome a mi— le dice. Siente sus ojos arder ante las ganas de llorar. —No quiero perderte a ti también por el trabajo. Ya no quiero perder a más personas.

—No digas eso, Tae. Ven— le dice atrayéndolo hacia su pecho. Jimin tenía un característico olor a vainilla desde que tenía memoria y siempre había sido su sitio favorito en el cual refugiarse. —No todo está perdido, tienes que darle tiempo.

Rápidamente niega con la cabeza mientras se limpia la solitaria lágrima que cae por su mejilla. No iba a llorar, no quería hacerlo y no se lo merecía tampoco.

—Jungkook no quiere amarme de vuelta.

—Tienes que darle tiempo. Tu también lo necesitas para adaptarte a tu nuevo trabajo.

Ante el recuerdo de dicho puesto no puede evitar que su rostro se arrugue y finja un llanto de niño caprichoso. Esa porquería le había arrebatado al único hombre que había llegado a querer.