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En el transcurso de las dos últimas semanas, tuvieron las últimas sesiones de la colección. Ahora sólo debían esperar algunos meses para su lanzamiento.

En estas dos semanas, ambos estuvieron muy unidos, iban a comer, paseaban, iban al cine o simplemente se juntaban a pasar el rato. Incluso, Minho había ido a visitar a su hermanita con Jisung, y entre los tres, fueron a un parque de diversiones.

Definitivamente, la vida les estaba sonriendo.

En estas semanas, ambos estuvieron averiguando terapias o centros de rehabilitación para Minho, y lograron encontear a un centro de rehabilitación que tenía muy buenas reseñas, y además de ofrecer terapia individual, también tenía la opción de elegir terapia grupal o ambas, así que se decidieron por ese centro.

Hoy irían a la primera sesión.

Minho estaba un poco nervioso, le daba mucho miedo tener que hablar frente a otras personas de sus problemas, pero él quería mejorar, deseaba poder dejar atrás todas sus adicciones y empezar de cero, converntirse en alguien mejor para él, y para Jisung.

—¿Estás nervioso?— Le preguntó Jisung, cuando Minho estacionó el auto.

—Sí...

Jisung agarró sus manos, y las sobo delicadamente.

—Tranquilo, Hoonie. Todo saldrá bien—. Le aseguró. Acercando su rostro, para dejar un corto beso en sus labios.

Minho le regaló una sonrisa genuina, antes de que ambos agarren sus cosas y salgan de auto.

Caminaron por el estacionamiento, para poder entrar al centro. En la recepción, le indicaron en donde debían ir, y en la entrada del salón (en donde sería la terapia), le entregaron algunos folletos informativos.

El lugar tenía dos filas de sillas de manera paralera, acomodadas escalonadamente, la mayoría de las sillas estaba ocupadas,  quedaban pocos lugares libres.

—Estaré aquí—. Le recordó Jisung—. No tengas miedo, ¿sí? Esto te ayudará, deshagote y responde con sinceridad, nadie de aquí te va a juzgar, ni siquiera yo.

—Gracias, bebito—. Minho se acercó a Jisung y pasó sus manos por la espalda baja de él, colocando su cabeza en el hombro contrario.

—No tienes nada que agradecer, Honnie.

Minho después de unos segundos se separó, y antes de ir a sentarse, dejó un beso en los labios contrarios.

Unos minutos más tarde, por la puerta entró un hombre, el cual tenía una camisa playera, y unos jeans anchos. El hombre se sentó en la silla que se encontraba en medio de las dos filas, y observó rápidamente a todos los presentes, y luego se levantó.

—Tengo un problema con los círculos—. Expuso, comenzando a caminar por el medio de las filas—. Los círculos son la única figura geometría que me genera un gran disgusto, por eso antes de venir pedí que ordenaran las sillas de esta manera, ¿no les parece un buena posición? Los círculos son ciclos, que se repiten una y otra vez, no tienen un fin, y es difícil salir de ellos. Por eso, a mí me gustan las líneas, no tienen un fin, pueden ser curvas, onduladas o diagonales, no siempre deben ser rectas. La vida para mí es una línea, con curvas, ondas, ziz zags, incluso caídas, pero no se repiten, no se cierran en un punto y se vuelve a repetir, no necesitamos salir de la línea e iniciar otra, nosotros somos los que tenemos que ponerle un rumbo a nuestra línea.

El hombre volvió a sentarse en su asiento, y sonrió antes de volver a hablar.

—Soy Bangchan y seré su terapeuta—. Se presentó—. Sé que seguro esperaban a un hombre con traje, que se vea más elegante, pero bueno, esto soy—. Dijo, causando una leve risa a los demás—. Antes de empezar les quería pedir a los acompañantes que se coloquen en frente de ellos, en los espacios vacíos, por favor. Ahora sí, arranquemos por la izquierda, digan su nombre, apeliido, lo que quieran, presentense, y cuenten como fue que empezó su adicción.

Él primero en presentarse fue un chico, joven, tenía 18 años, su adicción comenzó a los 16, sólo por intentar encajar, terminó desarrollando una dependencia. La segunda fue una chica, la cual tenía 29 años, y empezó a consumir para poder mantener su cuerpo más activo, así poder trabajar más horas. Y así, hubo más historias, algunas más trágicas y tristes que otras, pero todos tenían una razón y un acompañante.

Su turno había llegado, así que suspiró y miró a Jisung, quien se encontraba con sus dedos pulgares arriba, y una sonrisa adornando su rostro, dandole esa tranquilidad que necesitaba.

—Me llamó Lee Minho, tengo 25 años, y soy fotógrafo... Mi adicción comenzó cuando tenía 18 años, tenía mucho estrés en ese momento, estaba demasiado agotado, y mi compañero de cuarto me recomendó probar, me dijo que me relajaria, así que comencé a fumar. Supongo que lo hice para relajarme, pero después se volvió en un llamado de atención, quería que mis padres se den cuenta que los necesitabas, que se preocupen por mí, necesitaba que dejen de actuar como si no existiera, pero eso hizo que se alejaran más...

—¿Por qué dices que tu adicción se volvió un llamado de atención?

—Al principio era consciente de lo que consumía, no era un abuso, después comencé a hacerlo sin conciencia, tomaba porque sí, y yo sé que estaba mal, que me hacía daño, pero lo hacía igual, ¿a quién le iba a importar de todos modos? A nadie le importaba si en algún momento moría por una sobredosis, o si temrinaba internado...

El hombre asintió con su cabeza, y le dió la palabra al próximo paciente.

Minho levantó su vista, y ahí se encontraba Jisung, con una sonrisa, mirándolo con orgullo y dulzura.

Él no tenía a su familia, pero ya no estaba solo como antes, ahora tenía a su lado a un bonito rubio, que lo miraba con tanto apreció y  le brindaba el apoyo que nunca había recibido en su vida.

Nos estamos acercando al final, sólo faltan 3 capítulos 😭

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Nos estamos acercando al final, sólo faltan 3 capítulos 😭


¿Se entendió por qué Minho dice que se volvió un llamado de atención?

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