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Gahyeon lo escuchaba atentamente cuando él hablaba, no le interrumpía, dejaba que expresé sus sentimuentos con total libertad y no lo hacía sentir débil por lo que sentía. Le daba importancia a sus sentimientos, y cada vez que respondía a lo que él había dicho, hacía que su punto de vista sea cuestionado, logrando que se replantee muchas creencias que tenía catalogadas como normal.

Se sentía bastante cómodo con ella, y también un poco más liberado. No sabía si había sido por las palabras de Gahyeon o que, pero definitivamente estaba un poco más aliavado.

A pesar de que la sesión duró una hora, Jisung sintió qur fueron minutos, se le había pasado volando la hora.

—Nos vemos el miércoles que viene, recuerda que puedes escribirme si te sientes mal o por cualquier cosa, estoy para ayudarte—. Verbalizo, al mismo tiempo que abría la puerta.

—Muchas gracias—. Dijo, e hizo una  referencia antes de salir.

El menor no esperaba que Minho se encuentre en el pasillo... Esperandolo.

Le dedicó una sonrisa a Gahyeon y se corrió del camino para que el próximo paciente entré.

Minho al percartarse de que ya había salido, se acercó a él, y le extendió una de las taza de café que tenía consigo.

—¿Cómo te fue?— Preguntó con una  sonrisa, esa sonrisa tan linda que tenía, que hacía que Jisung se sienta en el cielo.

Minho le daba ganas de cuidarse, de ser mejor, de arregarse, de verse lindo, Minho le hacía querer brillar, para que esa sonrisa, siempre aparezca cuando los ojos del peli-rojo esten en él.

Nunca había experimentado algo igual, nunca nadie logró hacerle sentir tantas cosas lindas, nunca nadie lo cautivó de la manera en la que Minho lo había hecho.

—¿Por qué estás aquí?— Dijo después de unos minutos.

—Además de ser tu chef personal, también soy tu chófer personal.

Jisung negó con su cabeza, dejando que una leve sonrisa se forme en su rostro, agarró la taza de café y comenzó a caminar hacía la salida.

—Puedo ser todo lo que tú quieras o necesites, bebé—. Aseguró con un tono coqueto, ganándose un golpe por parte del menor en su brazo.

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Jisung no tuvo muchas amistades, siempre fue un poco tímido, y le costaba mantener relaciones cercanas.

Mayormente las personas en su vida eran momentáneas, y él no tenía problema con ello, le gustaba la soledad, se había acostumbrado a ella, pero últimamente, su soledad fue dejada de lado, y comenzó a acostumbrarse a la presencia de Minho, a su sonrisa, a su preocupación, y eso le asustaba.

Le da tanto miedo terminar creando una dependencia por el mayor, o aún peor, desarrollar ese sentimiento romántico, del cual todos hablan.

Nunca había experimentado algo así,  todos esos sentimientos tan lindos que aparecían cuando estaba con Minho, la paz que le generaba, tantas emociones y sentimientos nuevos que no lograba entender, y eso lo estresaba.

Él no creía en esas canciones de amor, que describían una relación perfecta, o en esas cosas de la media naranaja, almas gemalas, etc, para él, el amor y todos esos vínculos estaban en segundo plano, ni siquiera le importaba si nunca lograría conseguir pareja, él estaba bien así, y quería que nadie cambiará eso.

—¿Qué te tiene tan distraído?— Interrogó Minho, al ver que Jisung parecía perdido, mirando la pared, como si fuera lo más interesante.

—Sólo pienso.

—¿En qué?

—¿Tú crees en el amor?— Preguntó, subiendo sus piernas al sillón y cruzandolas.

—Sí, ¿y tú?— Contestó, dejando la bandeja en la mesa.

—No, o sea, nunca lo experimente, y pienso que es una perdida de tiempo.

—Yo creo que hay diferentes tipos de amor, no sólo el de parejas, y hay diferentes formas de expresar ese amor y de sentirlo—. Opinó Minho.

—¿Alguna vez te enamoraste?— Cuestionó el rubio, tomando un sorbo de café.

—Enamorarme no, pero sí he tenido relaciones y me gustaron personas—. Respondió tranquilo.

—¿Y ahora te gusta alguien?

Minho sonrió de lado, y lo miró, conectando sus miradas por unos segundos. 

—Creo que sí...

Jisung asintió. Aunque sintió una sensación rara en su interior, decidió ignorarla.

—¿Y a ti te gusta alguien?

—No, nunca me gustó nadie, supongo que por eso no creo en el amor y esas cosas.

—Pero eso no signfiica que nunca te va a gustarte alguien, aún eres joven, quizás conozcas a alguien y te termine gustando.

—Lo dudó—. Jisung metió a su boca una galleta, y miró a Minho de reojo.

¿Minho podía ser ese alguien?

—¿Pongo la película?

Jisung asintió, y Minho le dió play.

Continuaron con su merienda, y pusieron su atención en la película, pero esa atención duro unos pocos minutos, ya que el rubio habló, y capturó la atención del peli-rojo.

—Minho...

—¿Que pasa, Jisung?

—¿Me puedo recostar en tu hombro?— Preguntó con una voz suave, y un pequeño puchero, que era demasiado tierno para el mayor, ¿cómo podría negarse?

Jisung se acercó a él, después de tener la autorización de Lee.

Dejó caer su cabeza en el hombro del contrario, y dejó su mano muy cerca de la de Minho.

El mayor sólo pensaba en como calmar a su corazón, no podía dejar que esos sentimientos ganen fortaleza.

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El yisun es un anti-romantico

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