XXVIII

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Kenny iba de la mano con Karen para dejarla en la primaria.

-Vendré por ti, nos aseguraremos de que papá este más sobrio o que por lo menos no se acuerde de nada, y después iré al trabajo. ¿Ok?

Karen lo miraba dudosa.

-¿Qué pasa?

-Kenny, ¿Te gustan los hombres?

Abrió los ojos grandes, y le soltó la mano por la pregunta.

-¿Qu... Qué?

-¿Qué si también te gustan los hombres?

-¡¿por qué preguntas eso, Karen?!

-Humm...-se balanceaba de un pie al otro a modo de juego.-Nada más, ¿es malo?

-No, no es malo, pero si lo preguntas es por algo.-Dos opciones, o lo vio con otro chico o lo deduce solo por Butters. ¿Tan obvio era?

La campana sonó.

-Te espero a la salida Kenny, ¡corre o llegaras tarde tú también!

Kenny aun tenía dudas pero hizo caso porque era cierto, iba a llegar tarde.

****

Recordaba sonido de agua, unos brazos fuertes sosteniendole firmemente a un cuerpo ajeno y unos susurros en el oído.

"No escuches a esos demonios " "Deja ya a Caos, no te merece."

'"No, Leo es lo único que tengo'"

"Podrias ser más"

— ¡Calla Damien! ... ¿Eh?

Arropado y con el cabello con olor a limpio se despertó Philip en su cama. Aún era temprano según parecía.

Se alistó tratando de recordar que había pasado ayer.

Apenas llegó a la calle de su escuela miró su teléfono, 10 llamadas perdidas de Butters, ahora si estaba nervioso, apresuró el paso y entró pero no estaba aún su amado allí.

Algo positivo era que sus compañeros seguían tan espantados como ayer, indicativo que sus ataques anteriores aún tenían atormentados a todos, esperaba que Token aguantara el hambre pues tendría que esperar para comer hasta más tarde.

Uso su teléfono aprovechando que no había llegado el profesor.

Beep beep...

— Bueno, ¿Philip?

— ¿Butters donde estás?

— Atras de ti.–Pip colgó. Butters iba entrando al salón de clase.

— Ah, Menos mal ¿por qué llamaste ayer? ¿Todo está bien?

— Sí, lo está solo me sentía nervioso.–se sentó a su lado.

— Lo lamento ayer me temo que me sentí mal pero estoy aquí para ti.— aún con toda la gente allí le dio un beso en la frente causando un sonrojo en el rubio de cabello corto.

Puede que el salón estuviera medio vacío, pero cierta persona había visto el beso desagradable que Pip le había dado a Butters, y lo peor: como parecía haberle gustado.

Cartman volteo a todas partes asegurándose que ni Kenny, ni Kyle, ni Stan que gracias a Dios estaba ciego, y por alguna extraña razón no había asistido a clases hubieran estado ahí para presenciar tal escena desagradable.

-Estúpidas, no van arruinar mis planes...

Las personas empezaban a llegar, hasta que Kenny llegó.

Miró a Butters con una sonrisa boba y se sentó a su lado.

Misterioso CaosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora